La “desinformación pública” en épocas de Pandemia

HABLEMOS DE DERECHOS/Salvador Romero

El día 23 de enero, cuando el coronavirus Covid-19 había matado a 17 personas en todo el Mundo, escribí en este mismo espacio sobre la importancia de que las autoridades asumieran con toda responsabilidad el papel de informar a la sociedad sobre el combate a dicha enfermedad.

En aquel momento, la Secretaría de Salud determinó nombrar al doctor José Luis Alomía Zegarra, Director General de Epidemiología, como el “vocero único” sobre esta materia, sin embargo, poco duró dicho acuerdo, y desde hace unas semanas hemos sido bombardeados por diversas fuentes de información pública con mensajes diferentes y, en algunos casos, hasta contrarios.

El día 28 de febrero, por ejemplo, ya no fue el doctor Alomía, sino el subsecretario de Salud, el doctor Hugo López-Gatell Ramírez, en conferencia de prensa desde Palacio Nacional, quien nos pidió a todos los mexicanos: “lavarse las manos continuamente, utilizando por ejemplo, jabón y agua o alcohol gel (…) no estornuden suelto, estornuden en el ángulo interno del codo, también que no den la mano, mantengámonos con un saludo fraterno y amigable que nos ayude a ser solidarios y hermanos como sociedad, pero no nos demos la mano, por el momento tampoco nos demos besos, ni abrazos, simplemente así, de acuerdo, y entonces esto nos va a ayudar a disminuir la transmisión.”

Sin embargo, hasta 15 días después de esa petición, vimos al Presidente de la República todavía abrazando gente e incluso besando a una niña en un acto multitudinario, ignorando completamente las recomendaciones públicas emanadas de su propio gobierno, y mandando, por consecuencia, información muy confusa a toda la sociedad.

En Jalisco, hemos vivido algo similar, por la diferente información pública generada desde diversas instancias, encabezadas por el Gobernado de la entidad, que nuevamente difiere con la información emanada del Presidente de la República.

Por ejemplo, el pasado jueves 19 de marzo la Universidad de Guadalajara aseguró que de acuerdo a un modelo matemático desarrollado en base a la información mundial disponible, los siguientes 5 días eran críticos para prevenir el brote de coronavirus en la entidad.

Un día después, el gobernador y diversos alcaldes, se sumaron a la Universidad, y nos pidieron hacer una cuarentena voluntaria durante mínimo los siguientes 5 días.

Sin embargo, el día de ayer, el Presidente de la República difundió un video en el que le aseguró a todos los mexicanos que: “no dejen de salir, todavía estamos en la primera fase, ya nosotros, ¡yo les voy a decir!, cuando no salgan, pero si pueden hacerlo, y tienen posibilidad económica, sigan llevando a la familia a comer, a los restaurantes, a las fondas…”.

Algunas horas después, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México suspendió eventos masivos incluyendo ceremonias religiosas, y pidió a los capitalinos un aislamiento social máximo, asegurando que “son momentos difíciles a los que nos enfrentamos”.

Ante este escenario, es imposible no preguntarnos: ¿A quién le hago caso?, ¿A la Secretaría de Salud o al Presidente de la República?, ¿al Gobernador de Jalisco o a un diputado federal de la Ciudad de México que lo acusa en Twitter de cretino e ignorante asegurando que parando 5 días solo genera daño económico y pánico innecesariamente?, ¿al Rector de la Universidad de Guadalajara y a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, o al Presidente de la República?

Toda esta ola de desinformación pública, lo único que ha generado es el fortalecimiento de la llamada “posverdad” entre la gente, que incluso se atreven a asegurar que la enfermedad no existe, que es un complot mundial de los gobiernos, que no es tan grave, que muere más gente de influenza o hasta de la caída de un relámpago que de coronavirus.

No comprenden, porque no hay información pública suficiente, que el verdadero peligro no son el número actual de muertos (más de 15,000 en este momento), sino el potencial número de muertos en caso de que esta pandemia se salga de control, y que podría superar (quizás por mucho) a los alrededor de 500,000 casos de muertes por influenza anuales en el Mundo, y además en menor tiempo (lo que podría colapsar los sistemas de salud pública).

Esto lo entendieron las autoridades en China desde que llevaban apenas un centenar de decesos, y lo han entendido ya países como Italia, España, Francia, Canadá y Estados Unidos de Norteamérica, y de ahí que han mantenido canales de difusión de información pública claros y directos con su sociedad, a diferencia de la epidemia de desinformación pública que estamos viviendo en México.

Comisionado del ITEI Jalisco

@chavaromero

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