PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña
El PRD es el partido de izquierda de México. Siempre nos hemos asumido como progresistas y creemos en las libertades. Creemos en los derechos de todas y todos, y que como ciudadanas y ciudadanos somos iguales ante la ley.
Derivado de estos principios, también consideramos que la política prohibicionista en materia de seguridad y combate al narcotráfico ha fracaso en México.
Lo hemos dicho hasta el cansancio: la estrategia de combate a la violencia en México viola los derechos humanos, criminaliza a los consumidores y garantiza impunidad a los grandes cárteles de la droga. El fracaso es innegable y el país nos exige un cambio radical en la forma en que abordamos el problema.
Por ello, como vicecoordinadora de las y los diputados perredistas en San Lázaro, decidí abanderar la legalización de la marihuana con fines recreativos.
Nuestra propuesta trata de abordar todas las dimensiones del problema, pero es ante todo una iniciativa integral en donde la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y la Secretaría de Salud determinarán cómo se puede cultivar, trasladar y pueden llegar al mercado los productos derivados de la marihuana.
Ojo, no es una apuesta por dar barra libre al consumo, sino regular las consecuencias nocivas de la criminalización a los consumidores. No es posible que en México haya tantos miles de presos por el simple hecho de portar más de 5 gramos de cannabis.
La idea es también despenalizar todo la cadena. Estamos planteando la despenalización del cultivo para el consumo personal y el cultivo doméstico hasta tres plantas, sin necesidad de registro alguno. El autocultivo es una de las estrategias más positivas y eficaces para diluir el poder económico de los cárteles de las drogas y proteger a las personas.
Medidas como ésta significarían despresurizar el sistema penal y nos permitirían avanzar en concebir a las drogas como problemas de salud pública y no de prisiones. La dimensión de prevención está sólidamente atendida en la propuesta.
En el mismo sentido, como sucede en muchos países europeos, se plantea la opción de clubes de consumo recreativo, a los cuales se les permitirá operar sólo si cuentan con la licencia respectiva, misma que se emitirá bajo estrictas condiciones, que incluyen: restricciones de edad para el acceso, el número de socios, la prohibición de la venta de otras sustancias psicoactivas y prohibiciones en la publicidad.
Máxima transparencia y seguridad, esos son nuestros principales objetivos con la puesta en marcha de estos espacios. Ciudades como Ámsterdam o Barcelona nos demuestran que los clubes ayudan a regular el consumo y, a diferencia de lo que algunos creen, no incentiva el uso de las sustancias.
Las drogas, el alcohol y el tabaco, no son sustancias inocuas. Claro que hacen daño, pero su consumo es un problema real y creciente. Debemos encontrar la mejor forma de regularlas, no sólo para atender los problemas de salud asociados, sino como parte de una estrategia integral para combatir la inseguridad y violencia que azotan nuestro país.
Vamos en serio en este tema y nuestra propuesta es solvente y respaldada por muchas organizaciones de la sociedad civil. La mejor forma de atender un problema es reconociendo que lo tenemos y actuando en consecuencia. El prohibicionismo fracasó y las y los perredistas haremos todo lo que está en nuestras manos para cambiar una estrategia que sólo nos deja muerte, derroche y tragedia social.
