Educación en el mundo moderno

A LAS COSAS POR SU NOMBRE/Francisco García Pimentel

Educación. ¡Qué palabra! Evoca cualquier cantidad de conceptos e instituciones, públicas y privadas, milenarias y modernas. Es un tema de discusión constante, y un problema siempre por resolver en nuestro país.

Sin embargo, pensar que la educación inicia y termina en la escuela es una limitación absurda. No solamente la educación en la familia es fundamental desde el día en que nacemos, sino que existe limitación alguna para que sigamos aprendiendo durante toda nuestra vida, y adquiriendo nuevos conocimientos, hábitos y habilidades que nos permitan desarrollar la vida que queremos para nosotros mismos.

En un mundo que avanza y cambia más rápido que nunca, esto toma especial importancia. El mundo moderno tiene principalmente tres fuentes de aprendizaje y crecimiento. Vamos a explorar las tres en tres artículos consecutivos.

Back to basics: La primera fuente de aprendizaje es el silencio.

El silencio es, probablemente, uno de los objetivos más difíciles de alcanzar para el hombre moderno que pasa la vida con audífonos, conectado las 24 horas y que, sobre todo, siempre tiene una opinión.

El silencio permite la reflexión. Si crees en Dios, no dejes pasar un solo día sin ponerte en ocasión de hablar con él, y de hacerte (y hacerle) preguntas importantes. Si no crees en Dios, entonces unos momentos de meditación y reflexión tendrán también resultados inmediatos.

El silencio te permite hacer pausa y tomar perspectiva. Repasar algunas preguntas como ¿Por qué me siento enojado/ cansado/ apurado? ¿Mi día fue un escalón adelante o un escalón atrás? ¿El mundo mejoró o empeoró? ¿Tengo claro a dónde voy y por qué estoy haciendo todo lo que hago? ¿No me estoy dejando llevar por la prisa? ¿Actúo por decisión o reacción?

El silencio permite escuchar.

Los jóvenes modernos, especialmente los millennials tenemos un asombrosamente bajo umbral de tolerancia para la crítica o el regaño directo, porque están seguros de conocer el mundo y tener la razón.

Calla. Aguántate las ganas de contestar. Ahórrate el esfuerzo por buscar excusas y, si te están haciendo una crítica constructiva, calla y escucha.

Si tu jefe te está corrigiendo, si tus papás te están aconsejando, si tu pareja te está hablando, si tu profesor te está llamando la atención, calla y escucha.

Te acabo de ahorrar miles de horas en discusiones y problemas. De nada.

Quizás sea difícil que me creas esto, pero la inmensa mayoría de las personas que conoces te quieren, y quieren tu bien. Quieren que tengas éxito y seas feliz.

Así que busca dar el siguiente paso: no solo recibas con los brazos abiertos los consejos y las críticas. También búscalos activamente.

A todos nos tocan de vez en cuando críticas, regaños, comentarios y consejos. Lo mínimo que podemos hacer es recibirlos con dignidad. Pero el verdadero signo de una persona que crece está en su capacidad de buscar y pedir consejo y crítica a aquéllos que saben más que él. Esto implica, primero, la humildad de admitir que alguien sabe más que tú. Segundo, la valentía de acercarse a esta persona y pedirle su opinión y consejo sobre algún tema.

Hazte el hábito de pedir consejo a tus superiores, a tus familiares y a otras personas que puedan aportar positivamente a tu proyecto. Esto no significa que seas incapaz de tomar decisiones, o que vas a obedecer ciegamente cada opinión. Significa, sencillamente, que puedes ponerte en posición de escuchar opiniones distintas a la tuya, y expandir tu mente a nuevas alturas.

Si estás en posibilidad de hacerlo, busca un mentor. Es un consejo que repiten grandes líderes del mundo entero. Un mentor es una persona con mayor experiencia de vida que tú, una persona que admiras y respetas, que está dispuesta a regalarte algo de su tiempo para escucharte y aconsejarte.

Un buen mentor o un buen coach pueden hacer toda la diferencia en tu vida, porque te ayudarán a poner perspectiva donde no la hay, experiencia donde no la tienes y prudencia donde te falte.

Por eso no creo equivocarme cuando digo que el silencio es la principal fuente de aprendizaje.

La segunda es el estudio libre, o autoaprendizaje, de la que hablaremos la semana entrante.

Director General de DiezLetras Comunica

@franciscogpr

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