PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña
Hoy en Jalisco inicia un nuevo gobierno, un gobierno que llega a través de una nueva fuerza política y que contará con nuestro respaldo para cumplir las altas expectativas que ha generado. Para este estado, al igual que para nuestro país, este nuevo gobierno significa una tercera alternancia. Las y los jaliscienses pudieron romper con el bipartidismo que, aunque en algunos de los municipios ya había sucedido, a nivel estatal no.
Este comienzo significa una gran oportunidad, para quienes vivimos en Jalisco, pero sobre todo implica un reto para Enrique Alfaro. Llegar a gobernar uno de los estados con mayores índices de violencia e inseguridad registrados los últimos meses, un estado donde la desigualdad económica y social a nivel regional y urbano es evidente, no es tarea fácil.
Las expectativas de la ciudadanía son muy altas, hoy más que nunca se necesita un gobernador capaz de dar resultados de manera eficaz y la buena disposición de todos los sectores sociales para fortalecer las políticas públicas eficientes, pero también para demandar se corrijan las deficiencias.
Esta gran oportunidad es un arma de doble filo para Alfaro. Por un lado, tiene todo para hacer que, en poco tiempo, con políticas públicas puntuales y recursos destinados cuidadosamente, se implementen cambios de manera positiva. Mientras que, por otro lado, los problemas que aquejan a Jalisco actualmente pueden rebasar la capacidad del nuevo gobierno.
Como gobernador electo dejó ver que frente al nuevo gobierno federal será un contrapeso enérgico, un gobernador que estará dispuesto a defender la soberanía de esta entidad federativa por encima de cualquier interés político. Ahora como gobernador en funciones veremos la capacidad que tiene de dar solvencia a las cuestiones pendientes.
Los retos no son pequeños, el gobierno de saliente dejó diversos problemas que resolver, pero también debemos reconocer que, en otros tantos, en conjunto con la LXI Legislatura, fue pionero en la implementación a nivel nacional.
Se dio un primer paso con firmeza en la creación del Sistema Estatal Anticorrupción, en la eliminación del fuero también fue el primer estado en reducir el financiamiento a los partidos políticos, y la pluralidad y capacidad de consensos entre la Legislatura pasada y el gobierno que sale fue un factor importante para responder a las demandas de las y los jaliscienses.
Entonces las expectativas que se tienen sobre Alfaro son dobles: sí solucionar de manera efectiva los problemas no resueltos, pero también hacer mejor lo que se inició en el gobierno anterior. Y en esa lucha estaremos presentes. Hoy más que nunca todas las fuerzas políticas necesitamos estar unidas.
En la discusión del presupuesto para el próximo año, desde el PRD pugnaremos por más recursos para combatir la grave inseguridad que golpea a la entidad, por mejorar las oportunidades para las niñas, niños y jóvenes, impulsar el empleo, fortalecer la educación, los programas sociales, el desarrollo económico del estado y todos los rubros que ayuden a fortalecer las expectativas de una mejor calidad de vida de las y los ciudadanos. Vamos todas y todos por Jalisco.
