POLÍTICA SIN ÉTICA/Jonadab Martínez
Si hoy fueran las elecciones para elegir Presidente de la República, seguro Andrés Manuel López Obrador estaría preocupado, verdaderamente preocupado; y no por los candidatos oponentes ni la fuerza partidista adversa, sino por la división y confrontación al interior de MORENA, por la incongruencia y mentira en sus declaraciones y por la manera en que está conduciendo el proceso de transición de gobierno federal.
Al inicio tenía mucho apoyo, de hecho apoyo sobrado, una legitimidad que desde el año 2000 no se veía, llegó con una fuerza social impresionante, pero poco a poco la pierde, poco a poco pierde adeptos, seguidores y AMLOVERs; y no es por una oposición firme o unida, tampoco es por el crecimiento partidista de algún grupo político, sino es consecuencia de sus propios actos, declaraciones, mentiras y controversias de los proyectos que ha estado anunciando.
Le costó más de dos décadas construir su proyecto de nación, su proyecto electoral, todo lo que conquistó desde la oposición y juzgando a los gobiernos en turno, sin embargo, muchas cosas de las que criticó y señaló bélicamente, hoy son sus afirmaciones, sus propuestas y lo peor de todo, es que AMLO creé que no hay testimonios de sus aseveraciones; reta al auditorio, al entrevistador, al oponente de que le demuestren dichos que, según él, nunca dijo, pero por fortuna de la tecnología, los vídeos aparecen y lo dejan como mentiroso.
Al inicio, debo confesar, creí que aún con el resultado tan favorable de MORENA en el pasado proceso electoral, podía ser mejor en el 2021, pero ahora puedo ver como el debacle viene anunciado, sobre todo a nivel federal y en los Estados que gobierna.
Es la gran oportunidad para que la ruta de aprendizaje de las demás fuerzas políticas se reagrupen, se homologuen y sean responsables, no se trata de decir a todo no, pero si de señalar las cosas que perjudican a los mexicanos.
Quisiera decir que el tiempo juzgará las acciones y afirmaciones de AMLO, pero no podemos esperar si ya estamos viendo sus consecuencias, aún no asume su responsabilidad como primer mandatario nacional y ya tiene un pliego de denuncias y de actos que la sociedad reprueba.
El fracaso anunciado inició con su propuesta de militarizar al país, palabras más palabras menos, esa es la propuesta, mantener al ejercito patrullando las calles, bajo las siglas de Guardia Nacional.
La bajada prolongada arranca el 1 de Diciembre, luego vendrá el presupuesto, luego el reparto de las participaciones a las entidades, posterior a eso, la soberbia y mal tacto político de algunos superdelegados; y al final del 2019, un Presidente que inició con gran poder social, político y electoral; en la ruta perfecta al fracaso.
