Reflexiones sobre la caravana migrante

Jorge-Rocha2PESIMISMO ILUSTRADO/Jorge Rocha

Sin duda alguna uno de los temas más controvertidos en la opinión pública en las últimas semanas, es la caravana de migrantes hondureños que salió de su país para arribar a los Estados Unidos.

Este contingente atravesó su nación, luego caminaron por Guatemala y ahora llegaron a México, donde continúan su camino.

Más allá del análisis de la caravana en sí misma y la descripción de lo que ha sido este fenómeno hasta ahora, me parece fundamental plantearnos varias reflexiones que desde mi punto de vista son necesarias a partir de este acontecimiento.

La primera de estas reflexiones gira alrededor de la necesaria construcción de una política migratoria propia de parte del Estado Mexicano. Hasta ahora los gobiernos en turno se han convertido por la vía de los hechos en los agentes que implementan las políticas migratorias dictadas desde Washington.

Las administraciones federales mexicanas se han plegado a las necesidades de los Estados Unidos para hacer el trabajo “sucio” en la contención de la migración centroamericana, que como lo dice Eduardo González, convirtió a México es una enorme y peligrosa frontera vertical.

Es por ello que las presiones de Donald Trump hacia el gobierno de Peña Nieto no es rara, ya que desde hace varios años se ha generado esta perniciosa dinámica. El paso de la caravana exhibe este tremendo vacío y por ello es profundamente necesario que el nuevo gobierno federal se aleje de este tipo de relación y que por fin podamos contar con una política migratoria propia, que responda a nuestros intereses, pero que sobre todo sea respetuosa de los derechos humanos.

La segunda reflexión es que el paso de la caravana ha suscitado expresiones xenófobas y clasistas de muchas personas que estigmatizan a los migrantes y los acusan de delincuentes, de que son personas que tomarán los trabajos para los mexicanos y en general los consideran personas non grato para la sociedad mexicana. Todo esto fundado en prejuicios y en descalificaciones sin sustento sólido y real.

Este tipo de expresiones sacar a relucir el enorme atraso que tenemos en una cultura cívica que respete los derechos humanos y fomente la paz.

Desde hace años se han generado estrategias y materiales para incorporar la educación para la paz y los derechos humanos en los planteles escolares de primaria y secundaria, instituciones como la Universidad Iberoamericana León o la Universidad Autónoma de Aguascalientes son un ejemplo de ello.

Sin embargo, ningún gobierno federal ha considerado que este asunto es vital y por lo tanto nuestros niños y jóvenes siguen teniendo este hueco educativo. Es momento de recapacitar en esta línea y empezar a formar a los nuevos ciudadanos en estas materias.

La tercera reflexión es que una tragedia humanitaria como la que nos muestra la caravana de migrantes hondureños, está siendo utilizada por Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence con fines político electorales internos en los Estados Unidos.

Dentro de unos días los estadounidenses elegirán a su poder legislativo y las encuestas en aquel país señalan que el Partido Republicano perdería la mayoría en la Cámara Baja. El hecho de decir que la caravana es una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos, que en la caravana hay terroristas de origen árabe o que este movimiento está financiado por

Venezuela son estrategias mediáticas, sin ningún fundamento o soporte, pero que intentan fortalecer el voto duro de Trump con el fin de revertir las tendencias electorales que hasta este momento se han instalado. El hecho de utilizar la tragedia de estas personas con estos fines me parece inaceptable.

La última reflexión es que este problema, a pesar de ser conocido con estas características al menos desde el año 2005, sigue creciendo y parece que la omisión es la clave para entender la actuación de los gobiernos centroamericanos y la contención es la definición central de la política mexicana en el tema.

Este éxodo de migrantes sigue siendo un gran reto para los que defienden los derechos humanos, ya que es un asunto que muestra con mucha nitidez una dinámica estructural perversa y como sociedad nos interpela en nuestra capacidad de com-pasión y de solidaridad profunda con el Otro.

Académico e investigador del ITESO

@JorgeRochaQ

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