El contexto que permite las fosas clandestinas

Avatar-LaloDIVISADERO/Eduardo González

Lo que miramos solo son las consecuencias. De las causas poco sabemos, o mucho menos queremos saber. Las pasamos por alto. Las ignoramos. Bloqueamos nuestra conciencia para esquivar la responsabilidad de hacer lo necesario para que las cotidianas atrocidades que nos refiere la prensa se detengan de una buena vez.

Las historias de consuelo construidas por nosotros mismos tranquilizan el espíritu de las buenas conciencias. “Siempre puede haber un escenario peor”, es una afirmación que resuena en el interior de miles de ciudadanos.

El lunes pasado nos enteramos de un nuevo hallazgo de cuerpos enterrados en fosas clandestinas en la colonia Agua Escondida, en el municipio de Tonalá. Como en cada caso que se documenta una infamia como esta, las cifras nos dejan mudos: 16 cuerpos (dos de ellos de mujeres).

Los cuerpos se suman a los setenta localizados este año en Jalisco, que a su vez forman parte de los 286 cuerpos encontrados en condiciones semejantes durante el gobierno de Aristóteles Sandoval. A estos números hay que sumarle los 25 indicios que van desde osamentas, restos óseos y hasta cráneos, según nos dice la Fiscalía del Estado (El Informador, 17 de octubre de 2018).

¿Pero cuál es el contexto social y político que genera las condiciones necesarias para que esto siga sucediendo? Comencemos por la corrupción y su hermana gemela, la impunidad; la falta de calidad en el ejercicio público profesional en los tres niveles de gobierno; la facciosa impartición de justicia; el maridaje entre criminales y sus perseguidores; las luchas encarnizadas por el control del negocio criminal en nuestro país; la sistemática violación de los derechos humanos y la persecución de sus defensores; la criminalización de la pobreza; la poca conciencia histórica, política y social de la población que nos ha llevado a la pérdida del asombro frente a la ensangrentada realidad mexicana; pero también a la normalización de la violencia, y a la doble victimización de quienes mueren o son desaparecidos a manos del crimen organizado o del gobierno.

Todo ello, se fortalece en un ambiente de profunda ausencia de espacios políticos, sociales, culturales y económicos para el desarrollo armónico de la población.

Dejemos de asumir con los cinco sentidos que lo que ocurre en Jalisco y en México es normal. Se impone vencer la amnesia histórica.

Profesor investigador del Tec de Monterrey

@contodoytriques

Deja una respuesta

Tu email nunca se publicará.