El tiempo nos dio la razón

VerónicaJuárezPERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña

Cuando las y los perredistas dijimos que era momento de discutir la regulación del uso de a marihuana, nos calificaron de locas y locos.

Nos dijeron que estábamos incentivando el consumo, que subiría la delincuencia y hasta que queríamos envenenar a las y los niños. La respuesta de la élite conservadora del país fue furiosa contra nosotros.

Nos hicieron una guerra sucia que se llevó entre las patas la posibilidad misma de comenzar un debate a la altura del problema que significa el narcotráfico para nuestra sociedad.

Nosotros siempre coincidimos con Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay: el problema es el narco, no las drogas.

Llevamos una década impulsando la despenalización del consumo de la marihuana y no porque pensemos que las drogas son inofensivas. Ninguna lo es. Tampoco el tabaco o el alcohol.

Sin embargo, nuestra posición siempre fue clara: es mejor enfrentar el problema de las drogas desde la regulación, desde la atención a las y los adictos y la prevención, que desde los policías, las cárceles o la criminalización del consumidor.

El presente nos está dando la razón, cuando incluso nuestros fervientes opositores ya empiezan a pedir legalizar la droga para combatir la violencia, uno de los principales problemas que tenemos en México, basta decir que el 2017 fue el año más sangriento desde que existen registros confiables.

Más de 30 mil homicidios, tres por hora en el país. Miles y miles de desaparecidos, incremento en todas las estadísticas relacionadas con los crímenes que más afectan a la ciudadanía.

Y todo por una sencilla razón: la combinación de cárteles del narcotráfico fortalecidos, con capacidad de fuego y cientos de millones de pesos para corromper policías, y unas instituciones públicas cooptadas y sin capacidad para reaccionar frente a la violencia.

Sin duda alguna, el prohibicionismo es un fracaso estrepitoso. La idea de impedir que la droga llegue a Estados Unidos a los principales centros de consumo mundiales está provocando que México sea un cementerio.

Que todos los días veamos el hallazgo de fosas con decenas de cuerpos. Y en lugar de dar paso a estrategias de legalización como se hacen en Estados Unidos o en Europa, el presidente Peña Nieto y su partido optan por eternizar la guerra con la Ley de Seguridad Interior.

El tiempo nos da la razón. La solución en México es tratar el problema de las drogas como un asunto de salud pública, educación y prevención, y no como un problema de inseguridad y criminalización.

Los principales países que han avanzado en esa ruta lo demuestran: el prohibicionismo sólo significa muertes y dolor. Las y los perredistas no cesaremos en el intento hasta que México avance hacia un modelo de regulación de las drogas más acorde con el siglo XXI y que busque evitar la violencia.

No cometamos los mismos errores que nos trajeron hasta aquí.  Esperemos que el futuro no nos dé otra lección y podamos ser capaces de romper tabúes que tanto daño hacen.

Consejera nacional del PRD

@juarezvero

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