El informe infame

PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña

Luego de denuncias por décadas y de presiones de diversos sectores, particularmente de las víctimas, los Legionarios de Cristo, de filiación católica, admitieron en un informe que 35 sacerdotes de su Congregación abusaron sexualmente de 175 menores de edad, 60 de ellos perpetrados por su fundador, Marcial Maciel.

Desde la perspectiva del PRD, este informe infame, no es suficiente. Las autoridades civiles deben tomar cartas en el asunto para determinar si no existen más casos, castigar a los responsables y encubridores que aún se encuentren con vida, y para definir con la jerarquía de la Iglesia Católica un protocolo de prevención para poner fin a estos abusos, que todavía persisten.

Este reconocimiento de ilícitos es tardío pues las víctimas del Padre Maciel denunciaron desde hace décadas sus abusos y, sin embargo, ni el Vaticano ni las autoridades eclesiásticas y civiles mexicanas actuaron con oportunidad.

El mismo informe de los Legionarios de Cristo considera fuera de toda duda los casos de los 175 menores abusados y reconoce también que se generaron “cadenas de abusos”.

El reporte detalla que 111 de los 175 menores abusados lo fueron por Marcial Maciel, alguna de sus víctimas o las víctimas de sus víctimas, lo que sólo pudo ser posible por el encubrimiento y la impunidad de la que gozaron el mismo Maciel y los otros abusadores así como por la falta de atención integral para seguir repitiendo los patrones de abuso.

El fundador de los Legionario de Cristo murió sin ser castigado. Sin embargo, no se puede permitir que estos delitos queden impunes, ni para quienes los cometen ni por quienes los encubren.

Las autoridades deben tomar cartas en el asunto, primero para reexaminar las denuncias que han sido presentadas y determinar las responsabilidades penales de quienes los cometieron, quienes los encubrieron y de aquellos funcionarios públicos que permitieron la impunidad.

Deben también generar las condiciones para que, en caso de haber más víctimas, los responsables sean procesados.

Adicionalmente, debe establecerse si la iglesia católica, como asociación religiosa, tiene alguna responsabilidad y para definir junto con la jerarquía de la Iglesia Católica un protocolo de prevención para ponerle fin a estos abusos que todavía persisten.

Durante muchos años las víctimas del Padre Maciel denunciaron sus abusos y ni el Vaticano ni las autoridades eclesiásticas ni las autoridades civiles en México actuaron con oportunidad. El fundador de los Legionarios de Cristo murió sin ser sometido a un proceso. No se puede permitir que estos delitos queden en la impunidad.

De acuerdo con los datos ventilados sobre el reporte auto incriminatorio de los Legionarios de Cristo, estos comprenden desde su fundación en 1941 hasta el presente año.

En total, 33 sacerdotes de esa congregación abusaron de 175 menores a lo largo de estos 78 años. Marcial Maciel fue responsable directo en al menos 60 de esos casos. Los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI supieron de las denuncias.

Otros 90 infantes fueron abusados por 54 seminaristas, de los cuales al menos ocho lograron ordenarse sacerdotes.

Al momento, de los 33 sacerdotes responsabilizados, seis ya murieron, ocho dejaron el sacerdocio, uno dejó la congregación y 18 se mantienen en el grupo. De éstos, 14 ya no realizan funciones en público y cuatro las hacen de modo restringido, lo que significa -según el reporte- que no las hacen con las niñas, niños y adolescentes en colegios o grupos juveniles.

Desde varias legislaturas e incluso en la actual, el PRD ha presentado numerosas iniciativas de reforma al marco jurídico para adoptar todas las medidas legales y de política pública tendientes a prevenir y evitar más casos de pederastia.

Una de las más recientes es una iniciativa que presenté, cuyo dictamen ya fue aprobado en positivo en la Comisión de Justicia endurecer las penas y hacerlas imprescriptibles para los pederastas y sus encubridores.

Otra más es la de la diputada Azucena Rodríguez Zamora, quien propuso instituir en los planes de estudio un protocolo para identificar y prevenir el abuso sexual infantil, con la finalidad de crear un marco de protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes a fin de salvaguardar su integridad emocional, física y social.

El informe de los Legionarios de Cristo debe ser un motivo más para fortalecer el carácter laico del Estado Mexicano y para hacer valer las leyes y el Estado de Derecho por encima de cualquier norma de carácter religioso o moral.

Dicho de otro modo, aunque alguna norma de cualquier credo religioso pudiese en algún momento ser permisiva o encubridora de abusos como estos, las leyes deben sancionar, en su caso, a los responsables, y, sobre todo a prevenir y evitar la repetición de esos delitos con medidas pertinentes, entre ellas, evitando la impunidad.

En tal sentido, el informe de los Legionarios de Cristo debe ser un argumento más para que los diferentes poderes, niveles y órdenes de gobierno se activen y haga cada cual lo que le corresponde en el ámbito de sus responsabilidades.

Coordinadora del GPPRD en el Congreso de la Unión

@juarezvero

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