La historia del «Puto»

CON CHANFLE/Raúl de la Cruz

El uso de la palabra «puto» para denostar a una persona en México data desde principios del siglo 19, de acuerdo con el investigador jalisciense Jaime Cobián, quién ha documentado al menos 200 términos que se utilizan desde hace más de dos siglos para referirse peyorativamente a los homosexuales.

Cobián informó que la mayor cantidad de términos los encontró en documentos históricos posteriores a la Independencia de México en los que liberales y reformistas utilizan expresiones para descalificarse unos a otros como maricón, puto, joto, afeminados y cagatintas.

La Real Academia Española (RAE) dice que palabra «puto» deriva del latín puttus, una variación de putus que significa niño.

Este adjetivo tiene una calificación denigratoria como cuando se dice «hijo de puta» para decir que una persona es mala; también se utiliza para ejemplificar que una persona cayó en desgracia, como decir «me quedé en la puta calle».

La palabra también puede ser usada para ponderar un hecho: «Ha vuelto a ganar. ¡Qué puta suerte tiene!».

De igual manera, se utiliza para enfatizar la ausencia o la escasez de algo: «No tengo un puto duro (peso)».

Como se podrá notar tiene una amplia gama de connotaciones.

Significados que no pudieron defender los inútiles de la Federación Mexicana de Fútbol ante la FIFA.

Ahora la historia del término en el fútbol mexicano tiene su origen durante un partido de los Tecos vs Atlas en el estadio Tres de Marzo.

Un grupo de aficionados, la mayoría jóvenes, se le ocurrió distraer al portero rojinegro, Osvaldo Sánchez mediante la expresión.

No obstante, cobró relevancia cuando Osvaldo fue transferido al América entonces los mismos seguidores rojinegros para expresarle su “traición” optaron por gritarle “puto” cada vez que despejaba.

Como se podrá notar en ningún momento del origen de la palabra en los estadios tiene una connotación homofóbica.

Lo que sí es una realidad es que la expresión nació aquí en los estadios locales, posteriormente se hizo popular en todos los inmuebles hasta que recobró importancia internacional cuando se gritó durante el mundial en los partidos del Tricolor.

Lo grave del caso son las sanciones que impuso la FMF en todos los estadios y en todas las divisiones, por supuesto teniendo como cómplices a diferentes miembros de la comunicación, la mayoría de ellos unos verdaderos ignorantes.

La determinación de parar los partidos y suspenderlo es un fragante atentado contra la Libertad de Expresión.

El artículo 6 contiene que “la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa”.

Lo delicado, es que ninguno de los mamarrachos de la TV dice nada. Por el contrario.

Periodista deportivo

@rulasdelacruz

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