Hija de un rabino abre un sex shop kosher en Tel Aviv

Las apariencias engañan. Por el escaparate, la tienda de la hija de un rabino en Tel Aviv parece una boutique de ropa cara pero una vez que se cruza la puerta, el cliente se topa con vibradores, consoladores y consejos «kosher».

Chana Boteach, de cabello largo, pendientes de aro y piercings en las orejas, es hija de un polémico rabino estadounidense.

A un lado de la tienda vende juguetes eróticos. No cualesquiera, los suyos se ajustan a la ley judía. Los productos propuestos y los consejos respetan la religión, asegura esta joven de 28 años.

Al otro lado del cuarto su socia vende ropa hípster para atraer a una clientela que podría verse intimidada a la hora de entrar en este tipo de establecimiento.

El judaísmo «autoriza» los juguetes sexuales, asegura Chana, quien se sonroja al enseñar el objeto más vendido: «Eva», un vibrador para clítoris que se usa sin las manos.

En medio de aceites «afrodisíacos», velas y juegos eróticos, los sex toys, de color pastel, son difíciles de identificar de un vistazo. «No quiero nada demasiado fálico», justifica ella.

Aquí los clientes encuentran collares que se transforman en pequeños látigos y cintas adhesivas para prácticas sadomasoquistas, pero nada que haga daño porque causar dolor «es un poco problemático en el judaísmo», explica Chana, cuyo padre es un rabino ortodoxo.

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