Subordinación

PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña

Nos dijo en campaña que él iba a convencer a Donald Trump. Ante cada pregunta, Andrés Manuel López Obrador sostenía que iba a apostar por el diálogo para evitar tensiones con Estados Unidos.

Le decíamos que no se podía. Que no se puede razonar con alguien que odia profundamente a México. Cuatro meses después de llegar a la Presidencia, el Jefe de Estado demuestra una subordinación inaceptable frente a las ofensas que Trump lanza, un día sí y otro también, contra México.

Por eso la cena en casa de Bernardo Gómez, Vicepresidente de Televisa, y Jared Kushner, yerno de Trump y principal asesor del magnate. Ahí, acordaron estrategias de combate a la migración sobre las que López Obrador no ha informado a las y los mexicanos.

Por ejemplo, hacer de México una frontera amplia que evite la llegada de migrantes a los límites con los Estados Unidos. Como sucede con la guerra contra el narcotráfico, en México ponemos los costos para tener feliz al inquilino de la Casa Blanca.

No les importan los derechos humanos o el drama migratorio, sino ejecutar en México las políticas de seguridad que nos imponen desde Washington.

López Obrador se llena la boca de la palabra “soberanía”. Justifica su política exterior con el principio de Benito Juárez: “entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

¿Cómo presumir de soberanista si permites que la política migratoria se defina en Washington? No queremos bravuconadas del Presidente.

Sabemos que la diplomacia tiene sus códigos y sus tiempos, pero es increíble la opacidad del Gobierno de México en esta materia.

También es inaceptable los chantajes de Trump si no cedemos a sus peticiones. Cerrar la frontera más dinámica del mundo significaría una pérdida de miles de millones de dólares para México, pero no nos confundamos, el mayor afectado sería Estados Unidos.

Si doblamos las manos frente al autócrata, nos habrá tomado la medida y cada que quiera ponernos de rodillas, sólo bastará con proponer alguna locura. López Obrador dijo que México defendería su dignidad, pero parece que eso sólo quedó en el discurso.

Es momento de rectificar y que la política migratoria se defina en nuestro país. La solución al problema migratorio depende de generar condiciones económicas propicias en los países de origen, pero también encontrar canales multilaterales para discutir el tema.

Ahí tenemos el acuerdo de Marrakech, una apuesta ambiciosa que busca visibilizar el problema y encontrar cauces conjuntos para enfrentar este fenómeno global.

López Obrador fue electo para defender a México, luego de un sexenio entreguista como el de Enrique Peña Nieto.

Y seamos claros: no lo está haciendo. Hemos cedido en todo frente al magnate que nos humilla cada que puede.

Los perredistas estaremos atentos para que el gobierno no ceda en materia de soberanía nacional y se cumplan las exigencias de la sociedad mexicana. Nada de chantajes ni bravuconadas, eso le decimos alto y fuerte a Trump.

Coordinadora del GPPRD en el Congreso de la Unión

@juarezvero

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