Juguemos a opinar

guero2CAVILANDO ANDO/Alfonso García Sevilla

Reza el viejo adagio “En política, la forma es fondo” y viene a mi mente después de la ¿consulta? Realizada de forma sesgada, carente de rigor científico, sobre un asunto de vital importancia que debería ser tratado de forma seria, objetiva, racional y privilegiando los aspectos técnicos, económicos por encima de caprichos o intereses políticos.

 No voté en la consulta por dos razones: la primera es que la información respecto a las opciones del aeropuerto en la Ciudad de México sale de mi ámbito de comprensión, fueron demasiados puntos de vista encontrados entre supuestos “expertos” que por los tiempos me era poco posible analizar y comprender.

Segunda: Realmente creo que esta consulta dirigida, carente de toda validez y soporte científico, no puede ser tomada en serio para la toma de decisiones de un tema realmente trascendente.

En un país de 136 millones de habitantes, resulta risible y absurdo querer tomar una decisión con base al sufragio de alrededor de 750 mil habitantes, en su gran mayoría con los mismos o menos conocimientos técnicos, económicos que yo, de dónde conviene más construir un aeropuerto que requiere urgentemente la capital nacional.

Sigo pensando en que, al carecer de todos aspectos fundamentales que debe incluir una consulta seria, el fondo del asunto de NO a Texcoco pasa más por razones políticas de una decisión que el nuevo gobierno no se atreve a tomar aun teniendo la información completa sobre el impacto de la terminal aérea, una pugna entre el poder político contra el poder económico de los grandes beneficiarios del sexenio de EPN.

Queda pues el antecedente de la consulta previa al ascenso de López Obrador a la presidencia como un argumento que los ciudadanos debemos tomar ante la puerta que acaban de abrir, exijamos ahora la consulta al nuevo gobierno federal en los grandes temas pendientes: Aborto, pena de muerte al crimen organizado, legalización de la mariguana, rechazo a las reformas de Peña, eliminación del IEPS, cárcel a los corruptos ex gobernadores, que se enjuicie sumariamente a los involucrados en ODEBRECHT, casas blancas, y un largo etcétera de pendientes que los últimos sexenios han dejado, que sea el “pueblo sabio” el que legitime las acciones de gobierno y que se institucionalice la participación ciudadana de una población que en promedio, apenas alcanza el tercer años de secundaria. 

Politólogo, Profesor universitario y miembro del Claustro Académico del ITEI

@aagsevilla

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