Los pluris chapulines

iñiguezTRIBUNA/César Iñiguez

Los diputados plurinominales son aquellos que llegan al Congreso por la representación de los partidos políticos; no son votados por los electores de manera directa y tienen un espacio de poder mediante unas listas que se presentan ante el INE.

Los diputados pluris, pueden irse a su casa a descansar en el periodo de campaña y con los votos que obtengan sus compañeros de partido, los que participan en las contiendas, pueden llegar al congreso sin mayores sobresaltos.

Regularmente llegan en promedio, por partido, tres o cuatro; el criterio en la ley estatal es, en orden subsecuente, dos diputados de lista por uno de primera minoría, o que son los mejores segundos lugares y así sucesivamente hasta ajustar los diputados que le toquen, hasta que alcance su límite de representación de acuerdo a los votos que obtuvo el partido correspondiente.

Desde hace 6 años comenzó la moda del chapulineo de diputados pluris, que muchos, sin pudor le brincan de un partido a otro.

Bastante se ha hablado sobre aquellos legisladores que llegan a serlo porque su partido los registra en una lista y llegan al congreso sin ningún mérito, porque no los vota directamente la ciudadanía, no compiten por un distrito, están inscritos en una lista y si su partido obtiene los votos necesarios, entran.

Todos los partidos han sido afectados por el chapulineo, pero también muchos se han beneficiado de ello; todos lo critican, pero cuando el brinco y la deslealtad es a su favor, se hacen de la vista gorda…

Del PAN han brincado a MC, de MC al PRI y a Morena, y ahora, antes de entrar la legislatura, uno del PRI le brincó a MC.

Estos hechos atípicos hacen que se ponga el dedo en el renglón acerca de los plurinominales y el chapulineo.

Porque, ¿no se supone que los pluris son los diputados que pone el partido, para que este partido tenga representación en el congreso? Si un pluri deja el partido que lo llevó al congreso y le brinca a otro ¿no se rompe con este principio?

Ya mucho se ha hablado sobre los excesos de los pluris, quienes regularmente son compadres, amigos, esposas, novias, amantes y alfiles de los dirigentes partidistas en turno, y no pasan el necesario filtro de la directa votación de la gente.

Pero más cuestionable es, que los diputados plurinominales, aquellos legisladores a los que los partidos políticos les regalan los cargos, renuncien al partido que los llevó al congreso para representarlos y éstos los abandonen con un simple brinco para irse a otro.

Con esto se demuestra que son innecesarios, o bien, que se puede prescindir de ellos.

Algunos se debaten sobre si el cargo le pertenece más que al partido a la persona y que el instituto político lo pueda remover a placer, dado que son los “propietarios” de esa curul plurinominal.

Sin embargo, muchos creemos que los pluris son diputados que no pasan el filtro de la voluntad popular, son espacios de poder decididos en un escritorio con beneficiarios que no tienen mayor exigencia para llegar al congreso.

Estas acciones fortalecen el debate y lo hacen más oportuno sobre la pertinencia y valoración de los pluris, esos diputados que llegan sin hacer campaña y que son cuotas de los partidos; y que al final, ni los propios partidos pueden retener porque siguen sus propios intereses.

Asesor de la fracción PAN en Congreso Jalisco

@CesarIniguezG

 

 

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