La ciudad del miedo

PESIMISMO ILUSTRADO/Jorge Rocha

Hace dos décadas el aclamado grupo de rock argentino Soda Stereo bautizó a Buenos Aires como la “ciudad de la furia”, mote que se propagó ampliamente. Si ahora tuviéramos que nombrar al Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) con una frase similar, tendríamos que llamarle la “ciudad del miedo”, de acuerdo a los datos que arrojó la última encuesta realizada por el Observatorio Ciudadano “Jalisco Cómo Vamos” sobre la seguridad pública en la capital de Jalisco y luego de la novela trágica del tráiler con cuerpos de personas no identificadas que deambuló por la ciudad y que nadie sabe quién fue el responsable de esta atrocidad.

Esta Organización dio a conocer los resultados de un ejercicio estadístico realizado los días 8 y 9 de septiembre de este año, a 400 personas por vía telefónica.

Los hallazgos de esta encuesta son contundentes; a saber: el 52% de l@s tapatíos afirman que ninguna zona de la ciudad es segura y otro 24.7% expresa que las zonas seguras de la metrópoli son muy pocas, es decir, tres de cada cuatro habitantes del AMG siente que las zonas seguras de la ciudad son muy pocas o inexistentes.

Otro dato que resulta muy significativo, es que a lo largo de este año 2018, el 80% de los encuestados refirieron que la inseguridad en la ciudad aumentó y sólo un 5.6% cree que la inseguridad descendió. Por otro lado, para los habitantes de la metrópoli la principal causa de esta crisis de inseguridad es la corrupción de las autoridades (33.6%) y sí a esto le sumamos el 7.2% que cree que es la impunidad, podemos señalar que el 40% de la población piensa que el origen de la violencia en la ciudad es causado por la corrupción e impunidad.

Frente a esta situación donde las personas perciben que no hay logros ni avances, el 65.6% está de acuerdo o muy de acuerdo con la implementación de las columnas de seguridad o volantas, frente a un 34.4% que está en desacuerdo o muy en desacuerdo. Esto a pesar de que esta estrategia de combate a la delincuencia no tiene ninguna evidencia empírica de ser eficaz. Cabe agregar que los encuestados señalaron que estos operativos deben respetar los derechos humanos. También en la misma línea de medidas desesperadas, el 58.3% de la población está de acuerdo con militarizar la seguridad, frente a un 41.7% que rechaza esta estrategia.

Ahora bien, resulta muy interesante que cuándo se les pregunta a las y los tapatíos qué deberían hacer las autoridades para desterrar este flagelo de la sociedad, sólo el 3.1% propone la implementación de las volantas y el 11.1% expresa que las fuerzas armadas deben patrullar las calles. En contraparte, el 25% de los encuestados dice que se debe modificar la estrategia de combate a la delincuencia y un 22.4% pide fortalecer a las policías municipales. Con esta queda claro que las volantas y la militarización son medidas desesperadas, pero que en realidad las soluciones que proponen las personas van por otro

camino. Por ejemplo, el 54.1% de los encuestados expresan que las policías municipales necesitan más capacitación y equipamiento.

Finalmente, en la encuesta se pide evaluar a los distintos niveles de gobierno en esta materia; y las calificaciones son desastrosas: todos están reprobados. El promedio de calificación de Enrique Peña Nieto es 4.2; el gobernador Aristóteles Sandoval obtuvo 5.4 de promedio; y los alcaldes del AMG fueron evaluados con 5.2 de promedio.

Queda muy claro que la agenda prioritaria de los nuevos gobiernos estatal y municipales en Jalisco es atender el grave, profundo y crónico problema de inseguridad. Que los asuntos referidos a este tema son los que más le duelen a la ciudadanía; y que, aunque pueden admitir estrategias desesperadas y que no han comprobado su eficacia, como las llamadas volantas, la población tiene mucha claridad de que se necesitan nuevos métodos y nuevas estrategias para atajar este asunto, ya que no se pueden esperar resultados distintos haciendo lo mismo de siempre.