Cómo escribir la peor novela

GarciaPimentel

A LAS COSAS POR SU NOMBRE/Francisco García Pimentel

¡Te felicito! Por fin has tomado la decisión de escribir la peor novela del mundo. ¿Crees que puedes superar a vampiros brillantes, novios grises, códigos de monalisa y la autobiografía de Trump? Yo sé que puedes. Pero no se te olviden estas cinco claves:
1. Dedica un capítulo completo a describir a cada persona que existe en el cosmos.
<<Entonces llegó Zarina, mi hermana rubia y regordeta, de lentes que parecían binoculares, cuyos pantalones deslavados recordaban aquella vez que fueron de viaje a Egipto. Recuerdo aquel viaje porque también fue mi primo Joaquín, el de pelo parado y bigote rubio, que nunca dejaba de hablar de Kafka…>>

No te limites al protagonista (edad, figura, intereses, pensamientos, exnovias y los posters en su habitación); también nos interesan todos los detalles de su mamá, papá, hermanos, amigos, profesores y el jardinero que viene los jueves. Danos una extensa relación de su vello facial, la ropa que llevan y su carácter a través de una conversación inocua pero reveladora. Queremos conocer a todos, como si fuera el Oriente Express. Venga, no seas tímido. Vas por buen camino.

2. Todos los paisajes y lugares son esenciales para la narración.

<<Mientras iban a la escuela, caminaron a través de las calles de Wichita. Los ladrillos blancos se sucedían interminablemente, y las casas del siglo XIX intercalaban colores. Una verde, una azul, una blanca y de vuelta a empezar. “Esos faroles azules parecen nuevos”, pensó Ramona, mientras el cielo se cubría de nubes grises y la tarde empezaba a ponerse oscura. Por fin llegaron a la estación del metro, cuya puerta recordaba a las de París, pero sus escaleras estaban desgastadas y con manchas de goma de mascar…. >>

Eso. No solo describas algunos pasajes para dar entorno y espacio a tus personajes. Dedica páginas enteras a describir incansablemente cada ladrillo, lámpara y mancha de la calle, y cada cambio en el clima. ¿Salió el sol? ¿Está lloviendo? ¿Pasó una ambulancia? Todo eso interesa al lector, sobre todo cuando es a mitad de una escena de romance o de acción.

3. No te compliques; para eso existen los estereotipos.
<<Entonces vi al Sr. Gruñífero. Tenía la piel algo verde, las uñas largas y sucias, cuatro verrugas en la nariz y una joroba tipo cuasimodo. Trató de sonreír, pero sus dientes eran negros. “Buenos días, niñita,-dijo- ¿está tu papá?”. Había algo en él que no me daba confianza… >>

Si las personas quisieran pensar, estarían estudiando matemáticas. Quieren descansar, así que ahórrales todo el trabajo. Haz que los gitanos sean ladrones, los afroamericanos jueguen basquetbol, los chinos sepan kung fu, los viejos sean sabios, los mexicanos sean flojos y los ingleses tomen el té. Sin excepciones. Haz que los malos sean feos, y los buenos sean guapos. Que tu héroe siempre sea bueno y sin mancha, y el malo siempre malvado sin más razón, y que no haya dudas ni grises en su actuar. Así, tu novela casi se escribirá sola.

4. Nada nuevo bajo el sol.

<<Sus labios eran rojos como el carmín; sus ojos brillantes como estrellas. Nuestras manos se tocaron en el riel del tren, y sentí mariposas en mi estómago. Era el destino. Era el universo. Nuestras almas se tocaron sin tocarse y prometí que me casaría con esta misteriosa mujer. “¿Crees en el amor a primera vista?” le dije. Y ella sonrió. Pero era de alta sociedad, y yo apenas un chofer de metrobus. Sus padres jamás permitirían este amor… >>
Mira, no eres Shakespeare. ¿Para qué inventar el hilo negro, si todo está ya escrito? Utiliza frases comunes, clichés conocidos, palabras comprobadas. Si algo ha funcionado antes ¿por qué no va a funcionar ahora? Metáforas obvias, historias evidentes y finales predecibles no te causarán ningún problema.

5. La mano de Dios.

<< No había escapatoria. Mohklar el vikingo y la princesa Haeel estaban atrapados sobre el puente del castillo. Tras ellos, el abismo y la muerte. Frente a ellos, la poderosa hechicera Funesta con la vara mágica y la espada inmortal. Todo estaba perdido. La lluvia arreció y de pronto, un rayo fulminó a la hechicera, quien murió de inmediato. La espada había servido de pararrayos. “¡Qué suerte tenemos!” dijo la princesa, antes de fundirse en un beso apasionado con el Mohklar, el nuevo rey de Webrobb…>>

No te preocupes si se complica la historia. Puedes meter a tus héroes en todos los problemas que quieras. Al final, tienes el poder de arreglar las cosas como quieras, aunque sean ilógicas o casualidades imposibles. ¡Tú eres el escritor! El único límite es tu imaginación. Eso sí: que la historia siempre termine bien. Nadie se quiere ir a su casa deprimido.

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Gracias a @HMittelmark y @sannewman ‏por la inspiración y la diversión.
Francisco es autor de la trilogía de El Delegado Francés, así como ¿Quién es Penélope Hart? y El Cuentacuentos del Rey. Todas son dignas de un Nobel. Síguelo en twitter @franciscogpr

 

 

 

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