La Antártida alberga el 90 % del hielo de la Tierra, debajo de este esconde misterios fascinantes para los humanos y la ciencia.
El desierto helado de la Antártida ha cautivado a la humanidad por las maravillas y los misterios que esconden en sus densas llanuras cubiertas de una capa de hielo que puede alcanzar los cuatro kilómetros de profundidad.
La Antártida tiene una superficie aproximada de 14.000.000 km2, y menos del 1% es considerada área libre de hielo. Es el continente más frío, más seco, más ventoso de la tierra. Esto explica la ausencia de vida humana nativa.
Las múltiples expediciones no solo han encontrado cosas que podrían resultar espeluznantes, también han hallado una cantidad insospechada de recursos naturales e hidrocarburos. Se estima que bajo el suelo antártico hay unos 200.000 millones de barriles de petróleo y, a la fecha, contiene el 70% del agua dulce del planeta.
Las 5 cosas más raras y sorprendentes halladas en la Antártida
Cataratas de sangre
En el continente blanco, en el Glaciar Taylor, existen unas cascadas bañadas de color rojo sangre. En un principio se creía que la peculiar tonalidad se debía a una especie de algas rojas, sin embargo, en 2017 un grupo de científicos logró resolver este misterio.
La conclusión refiere que las cataratas tienen este tono debido a la acumulación de óxido de hierro de las aguas del glaciar, que al mezclarse con el oxígeno de la atmósfera origina la tonalidad. Estas cataratas y el fenómeno que las tiñe de rojo sangre es único en el mundo.
Criaturas espeluznantes
Especies inusuales habitan en la Antártida, además de las aves y pingüinos, en las entrañas del hielo viven cerdos de mar globoso (Scotoplanes), que pueden alcanzar hasta 15 centímetros de largo, y arañas de mar con patas de tamaño sorprendente.
El hielo de la Antártida también es el hábitat de microbios, calamares colosales, gusanos gigantes con cerdas doradas y peces draco con piel translúcida, que permite ver sus entrañas y la inexistencia de sangre roja.
Cementerio de huesos y árboles
Antes de convertirse en un desierto de hielo, la Antártida pudo ser una selva tropical próspera con una diversidad de árboles y especies prehistóricas. Todo esto habría desaparecido después de la Edad del Hielo, al menos esas son las conclusiones tras el hallazgo de madera fosilizada.
En 2016, científicos también descubrieron una tonelada de fósiles de animales marinos, aves y dinosaurios. Estos tenían una antigüedad de entre 71 a 67 millones de años en la isla James Ross.
El asombroso canto del hielo
El canto austral de la Plataforma de Hielo de Ross, una masa flotante de hielo de unos 15 a 50 metros de altura que cubre un área de más de 500.000 kilómetros cuadrados, puede ser tan asombroso como espeluznante.
Los vientos que soplan a través de las dunas crean vibraciones superficiales y tonos sísmicos. Esto crea una melodía que descubrieron los científicos a través de sensores sísmicos y que no es perceptible al oído humano.
Por si fuera poco, se sabe que la triste melodía cambia con el entorno y esto responde al derretimiento y tormentas que mueve la nieve.
Lagos y cordilleras bajo la Antártida
El llamado polo sur, alberga áreas naturales que podrían ser sorprendentes y que probablemente nunca podremos ver.
Una de ellas es el Deep Lake, un lago más frío que el océano, está al interior de la Antártida Oriental, se encuentra a 55 metros bajo el nivel del mar, y su salinidad es comparable al Mar Muerto, esto significa que el agua no se congela.
No todo termina ahí, debajo de las capas de hielo, los científicos han descubierto varios lagos subterráneos, y se estima que hay alrededor de 400 lagos bajo 3 kilómetros de hielo, solo en las regiones que han sido exploradas.
Estas profundidades congeladas también resguardan una enorme cadena montañosa. Las montañas Gamburtsev están ocultas debajo de una capa de hielo de dos a cuatro mil kilómetros de espesor. Estas se extienden por 1.200 kilómetros y se elevan a 3.000 metros.
Con información de Muy Interesante
