AMLO, Biden y el negocio de los polleros

DIVISADERO

Eduardo González Velázquez

 

No todas las ganancias millonarias que obtienen los polleros y traficantes de personas por llevar a los migrantes en busca de un lugar para vivir terminan en sus bolsillos. Seríamos muy ingenuos si aceptáramos que los únicos ganadores de ese dinero son los coyotes. En contraparte, no hay manera de explicar esas ganancias sin el maridaje de autoridades de diversas instituciones y todos los niveles de gobierno.

La Secretaría de Gobernación calcula que solo en 2019 las ganancias de los traficantes de migrantes en nuestro país ascendieron a 615 millones de dólares; para el caso de América Latina se afirma que el monto generado por los migrantes para pagar su periplo alcanza los 6 mil millones de dólares en un año.

Si bien, en México el uso de la bestia para moverse en el territorio nacional ha disminuido, esta situación ha ocasionado que cada vez más personas migrantes utilicen los servicios de los coyotes, quienes distribuyen una parte de los recursos recibidos para “pagar” el paso por los retenes y puntos de revisión, sino de qué otra manera nos explicamos las miles de personas que son llevadas desde nuestra frontera sur al norte de México, donde siete de cada 10 migrantes provenientes del triángulo norte centroamericano (Guatemala, Honduras y El Salvador) usan los servicios de un pollero.

Los actuales costos por transitar nuestro país y eventualmente ingresar a la Unión Americana están llegando a los cinco mil dólares por persona, esta situación muchas veces obliga a los migrantes a contraer una deuda que terminan pagando con el primer año de trabajo en Estados Unidos.

En estos casos, las redes de coyotes se encargan de colocarlos en empleos donde los empleadores están en contubernio con los traficantes a quienes les entregan hasta la mitad del salario de devengado por los migrantes cada semana.

De esa forma, los polleros van cobrando mes con mes por el servicio otorgado, materializando así la nueva forma de esclavitud.

La manera de enfrentar esta situación y terminar con la deshumanización del proceso migratorio, debe ser el eje central de la reunión entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden el próximo 12 de julio en Washington.

Si bien, se ha dicho que el tema migratorio será el “eje central” de la reunión, debemos esperar que no termine únicamente en mensajes huecos que nada dicen y que no se concreten en políticas públicas a favor de las personas migrantes.

Desde luego, un aspecto que debe ser abordado y reconocido con toda claridad es el maridaje que existe entre autoridades y bandas de tráfico de personas.

Ese es el primer paso que deben de dar para desmantelar la red de corrupción sobre la cual se monta el proceso migratorio. En este sentido, no podemos hablar de redes consoli¬dadas, sino de redes protegidas por las autoridades que se benefician de los recursos que generan.

La mejor manera de ayudar a las personas migrantes es permitiéndoles el libre paso y asentamiento en las territorialidades de acogida donde quieren establecerse para trabajar y colaborar con la comunidad que los recibe.

Las estrategias para ello son variadas, pero en todo momento deben priorizar el otorgamiento de permisos de tránsito, asentamiento y trabajo para los migrantes, de lo contrario, seguirán sufriendo lo mismo, al tiempo que las bandas de tráfico de personas en contubernio con las autoridades continuarán llenando sus bolsillos de dólares migrantes.

Profesor-investigador del Depto. de Relaciones Internacionales, región occidente. Tec de Monterrey.
@contodoytriques

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