Un cambio inteligente para Guadalajara

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TRIBUNA/César Iñiguez

Jalisco tiene ocho millones 110 mil 900 habitantes, según el último registro del Consejo Nacional de Población (CONAPO), de los cuáles Guadalajara tiene un millón 521 mil 700 habitantes, es decir, en la capital del estado, vive el 18.75 por ciento de la población total de la entidad.

Guadalajara y su zona metropolitana es la segunda urbe más grande del país y la décima de América Latina.

Para el año 1990 la población mayor de 60 años, nuestros adultos mayores, representaban el seis por ciento de la población, para el 2017, ya representaban el 10 por ciento, lo que revela que la población de la tercera edad ha ido en aumento, casi al doble, en los últimos 28 años.

Los jóvenes de 18 a 29 años representan el 21 por ciento de la población; mientras que los niños de uno a 18 años son el 19 por ciento, y la población en edad de los 30 a los 60 años representa 50 por ciento de la población.

Del total de los habitantes de Guadalajara, el 51 por ciento son mujeres y el 49 por ciento son hombres.

En el año 2000 los dependientes económicos en las familias, es decir, los niños y adolescentes menores de 18 años o más, en edad de estudiar o sin ocupación, así como los adultos mayores de 65 años, representaban el 65 por ciento de la población; al 2017 esa cifra bajó a 52 personas de cada 100 como dependientes económicos, lo que habla de una mayor actividad productiva en la ciudad.

Este mapa de la realidad nos habla de que las políticas públicas deben ir dirigidas en una proporción similar a la cantidad de habitantes,  considerando su edad, ocupación y necesidades.

El sector productivo de la ciudad, particularmente el comercio necesita un gran impulso para su consolidación, y el gobierno municipal es fundamental para ello, al generar los medios para su promoción e impulso generando facilidades y teniendo en la autoridad un aliado; el comercio estable y formal se fomenta con estrategia; sin impuestos caros en licencias, sin burocracia costosa e ineficiente, con un combate frontal a las mordidas y a la corrupción.

Cuando asfixias al sector productivo con impuestos altos en licencias, requisitos incumplibles y burocracia gorda e ineficiente, provocas el mercado informal y la anarquía.

Eso pasa en Guadalajara.

El arte en el desarrollo de la ciudad es conocer la vocación productiva en cada rincón de la ciudad, respetando sus tradiciones y construyendo el crecimiento de manera ordenada.

Llegar como autoridad municipal con policías e inspectores a levantar y decomisar sus productos a vendedores de frituras y dulces afuera de las Iglesias, es un ataque alevoso a la ciudad.

Sí, el comercio se debe ordenar, pero con sensibilidad, con cordura, sin arrebatos y respetando las tradiciones.

Guadalajara y su gente se merece un gobierno que le dé certidumbre y confianza, que la gente colabore de cerca y tenga la manera inmediata, sin intermediarios, de contactar a la autoridad y resolver sus problemas.

Requiere un gobierno honesto y transparente, sin simulaciones y medias verdades; engañando con serlo en el discurso y en la práctica hacer lo mismo de siempre; beneficiarse y beneficiar a amigos con contratos multimillonarios modificando alevosamente la norma municipal para poder hacerlo.

Guadalajara necesita un gobierno que escuche a la gente; que las acciones que sean consideradas como herencia a la posteridad sea consultada con la población, de frente a ella de manera transparente.

Un ejemplo claro de ello es el programa de Arte Público, la autoridad municipal gastó casi 100 millones de pesos en ello, en un proceso opaco, simulado y en lo oscuro; poniendo estatuas y monumentos sin consultar a la gente; imponiendo esculturas sin mayor análisis que el interés del alcalde que beneficiar a un grupo selecto de artistas, entre los que se encontraban promotores de campañas partidistas y electorales.

Estatuas que generan polarización y conflicto social, por no consultar y escuchar a lo más valioso que tiene la ciudad, su gente.

Guadalajara necesita mejorar su seguridad, con un combate frontal a la corrupción, con inteligencia, prevención y colaboración con la ciudadanía; además de que es necesaria una capacitación intensiva para la corporación policial; se necesita poner en esta área a profesionales en la materia, no a compadres del presidente.

Teniendo un gobierno que proponga un cambio inteligente, Guadalajara tiene una nueva oportunidad, para ser mucho mejor.

Asesor del Grupo Parlamentario del PAN en Congreso de Jalisco

@Cesar_IniguezG

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