PERSPECTIVA21
Verónica Juárez Piña
Haber perdido la delegación Cuauhtémoc en manos de Sandra Cuevas, candidata de la “Alianza Va por México”, fue no una espina, sino una estaca clavada en el corazón de Andrés Manuel, Claudia Sheinbaum, René Bejarano y Dolores Padierna.
Primero, porque creían tener un triunfo asegurado, por el control que Bejarano y Dolores Padierna ejercieron durante varios años en esta demarcación. Calcularon mal porque la Cuauhtémoc fue una de las nueve alcaldías de la Ciudad de México cuyos ciudadanos y ciudadanas castigaron a Morena por los malos resultados de los gobiernos de Sheinbaum y de López Obrador.
Fue una afrenta que no han podido digerir y que, al parecer, no concluyó con la desafortunada frase presidencial de que “la clase media se dejó manipular”, en referencia al estrepitoso fracaso electoral de Morena en la capital de la República.
Segundo, porque los cuatro atribuyen la pérdida al apoyo que, supuestamente, Sandra Cuevas recibió de Ricardo Monreal, quien también gobernó la delegación Cuauhtémoc, lo que asumen como una traición a la 4t.
Tercero, porque está pérdida significó un duro golpe a las aspiraciones presidenciales de Claudia Sheinbaum. Por eso, véase por donde se vea, la persecución contra la alcaldesa, no es más que simple y llanamente, una venganza orquestada desde el Palacio Nacional y el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
En el fondo, este hecho se enmarca en la ruptura, de muchas que apenas a la mitad del sexenio se está dando, en Morena y el gobierno de López Obrador, por la definición de la candidatura de este partido a la presidencia de la República en 2024.
Esto, sin embargo, no justifica la persecución política y judicial que la Jefa de Gobierno, con la connivencia del presidente, están orquestando contra la alcaldesa Sandra Cuevas. Pretenden, con marrullerías legaloides, arrebatarle a la oposición lo que perdieron en las urnas. Buscan pasar por encima de la ley y del mandato ciudadano.
Desde el primer día de su gestión, la alcaldesa de Cuauhtémoc, ha sufrido persecución política y hostigamiento por parte de la Jefa de Gobierno. En este contexto se enmarcan las actuaciones en este asunto de la Fiscalía General de la Ciudad de México y de la jueza que lleva el caso, cuyas decisiones no están apegadas a la legalidad, al debido proceso y a la presunción de inocencia.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dota a toda la ciudadanía de la presunción de inocencia, a nadie, absolutamente a nadie, se le puede señalar culpable, hasta que se le demuestre.
Pero, como ha sido su costumbre, desde que Sheinbaum asumió su cargo, retoma el discurso de confrontación del presidente López Obrador y, por ello, ha buscado perjudicar a los gobiernos ganados por la oposición.
El Partido de la Revolución Democrática siempre respetará la ley, privilegiando la verdad y la justicia, convencido de que ese es el único camino posible para la construcción de la verdadera democracia. No más persecución política en contra de la oposición.
