ESCAMOCHA
Pepe Díaz Betancourt
Es prácticamente a cualquier hora y en todo lugar de la Zona Metropolitana de Guadalajara, desencadena una frase común y desgastada pero aplica con toda vigencia, se trata de la calificación unánime y ciudadana hacia lo que sucede con la caótica vialidad de la ciudad.
Los intentos de solución han sido muchos pero mal coordinados entre sí, hace una década los especialistas juraban que con la introducción y eventual uso de diversas modalidades en la ciudad se agilizarían los flujos y la movilidad no presentaría colapsos, hoy, tenemos de todo y podría decirse que hasta las personas caminan más, pero camiones, autos, motocicletas, moto taxis, midibuses, plataformas y confinados, así como trolebuses, bicicletas de alquiler, ciclopistas, tren eléctrico y hasta el flamante Peribús, todos juntos, no consiguen una vialidad holgada.
Desapareció prácticamente la hora «valle» usada como estrategia para la movilidad alternativa para quienes pueden sustraerse de horarios «pico», el colapso es «parejo».
Según cifras del organismo ANASEVI (Alianza Nacional por la Seguridad Vial) en la metrópoli los habitantes están perdiendo hasta poco más de dos días al año atrapados en una movilidad «paralizada», y la incorporación de vehículos privados al tráfico es de más de 300 diarios.
La teoría de los especialistas acerca de que los tapatíos combinarían las modalidades de transporte solo fue un sueño, nos encaminamos hacia inevitables días más caóticos.
PILÓN
Múltiples quejas de todo tipo hacia los elementos femeninos de la Policía Vial, expertas en recaudación, eso si, las llamadas «toritas» ya alcanzaron los adjetivos más característicos que antes aplicábamos solo a los elementos masculinos como : mordelón, prepotente, violento, grosero y corrupto, para distinguirlas habrá que buscar los mismos calificativos pero en femenino.