Los cárteles de la droga y el negocio de la migración

DIVISADERO

Eduardo González Velázquez

La danza de los millones de dólares que genera el tráfico de personas migrantes en el mundo no se encuentra lejos de los tentáculos de los cárteles de la droga, sea en México, Sudamérica, Asia o África.

La incursión de las células del crimen organizado en el traslado de migrantes a lo largo de nuestro país no es una actividad nueva, ya desde la primera década de este siglo se reportaba con insistencia la presenta de Los Zetas a través de la ruta del Golfo.

Ese grupo trasladaba migrantes cubanos que ingresaban a nuestro país por Progreso, Yucatán. Al mismo tiempo, extorsionaban y secuestraban a los centroamericanos que se movían por Tabasco, Veracruz y Tamaulipas.

Un reporte de la policía de Costa Rica (El Universal, 30 de septiembre de 2021), advierte de la presencia del cártel de Sinaloa, en el tráfico de migrantes de Haití, Cuba, Venezuela, África y Asia a México y Estados Unidos.

Los reportes indican que cobran de 22 mil a 40 mil dólares por persona para moverlos desde Colombia hasta Estados Unidos. En esa actividad llevan al menos un año.

Desde luego, no son los únicos que se benefician de la urgencia de miles de personas que salen huyendo de su país, hoy sabemos que también los militares nicaragüenses  cobran 200 dólares por permitir el ingreso, paso y salida de migrantes por su país, desde su frontera con Costa Rica hasta la frontera de Honduras.

Desde luego, es probable que miembros de corporaciones policiacas y militares de otros países también lleven a cabo extorsiones para permitir la movilización migrante.

El contexto para el ingreso del cártel de Sinaloa al “negocio” de la migración, es la presencia masiva de migrantes en las fronteras de Colombia/Panamá, Panamá/Costa Rica, Costa Rica/Nicaragua, Guatemala/México y México/Estados Unidos.

No hay condiciones para un traslado seguro, ni tampoco certeza de que obtendrán los permisos para ingresar a cada una de las naciones que deben atravesar, así que esa realidad se convierte en tierra fértil para las ganancias de los capos y algunas autoridades con las que realizan el maridaje necesario para mover a la gente.

Los más de 20 mil migrantes apostados en Colombia esperando continuar el viaje, no solo han colapsado los servicios de transporte fronterizo de aquel país, sino que superan la capacidad de las autoridades para generar un contexto de seguridad y respeto a los derechos humanos de esas personas.

En Necoclí, alrededor de 17,500 migrantes esperan acceder a uno de los 500 lugares diarios establecidos por las autoridades de Colombia y Panamá para zarpar en lancha hasta Acandí, y de ahí seguir su camino por la selva del Darién con rumbo al país canalero.

La presencia de las redes criminales en el traslado de migrantes no la vemos solamente en Colombia al momento del inicio del periplo, en la frontera sur estadunidense cada vez es más frecuente que agentes de la Patrulla Fronteriza capturen coyotes que dicen pertenecer algún cártel mexicano.

Profesor-investigador del Depto. de Relaciones Internacionales, región occidente. Tec de Monterrey.
@contodoytriques

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