ESCAMOCHA
Pepe Díaz Betancourt
A estas alturas y con la mezcla de respuestas acostumbradas que el Estado le da a las diversas manifestaciones de inseguridad, desabasto, desatención e insensibilidad, en un contexto cada vez más angustiante en el que viven los ciudadanos, se comienza a creer la conclusión a la que han llegado ciertos analistas que afirman que vivimos una Crisis Humanitaria en Jalisco.
Una vecina del oriente de Guadalajara, allá donde a buena parte de las autoridades no les interesa proteger a la gente, me platicó que salió por la mañana por su leche y su virote y un trío de policías de moto preguntaban por sus aparatos de radio dónde estaba la cabeza de un cuerpo embolsado que acababan de encontrar, ahí nada más de camino a la tienda.
Sucesos así pasan todos los días por todos los rumbos de la ZMG, los fines de semana se agudizan y la cuenta de más de 12 mil desaparecidos, los secuestros grupales- de última moda- una ciudad seca, con pobreza urbana, un territorio con desplazamientos, feminicidios y bosques en llamas poco a poco cuadra con una denominación de emergencia humanitaria según cánones internacionales.
Con temor a revolver peras con manzanas pero con la intención de voltear a los indicadores, el informe sobre Paz en México 2021 indica que Jalisco se encuentra en el lugar 20 de los 32 en cuanto violencia, donde Yucatán es la entidad más pacífica y Baja California la más violenta. Con la salvedad del nada honroso liderazgo local de fosas y cadáveres, restos humanos y personas sin identificar en el IJCF. Terror palpable.
PILÖN
Desatención total desde las esferas institucionales sobre el paquete de propuestas de los investigadores para rescatar a la ZMG de la escasez de agua, donde la captación de lluvia es una de las medidas. Definitivamente no entendieron nada.
