Justicia Electoral

jonadab-bannerPOLÍTICA SIN ÉTICA/Jonadab Martínez

En el 2012, ante un flagrante acto de compra de votos a través de monederos electrónicos, el entonces Instituto Federal Electoral reconoció la victoria de Enrique Peña Nieto, en aquel entonces, Andrés Manuel López Obrador pidió el conteo voto por voto, señaló los excesos en campaña de Peña pero fue en vano, no pasó nada.

El criterio del Consejo General del antes IFE y ahora INE, y de algunos tribunales electorales, parecieran tendenciosos o favorables a algún grupo en el poder, no obstante, con el debido respeto a las instituciones, hay veces que sus actos perjudican a todo el sistema, ya que desencadenan señalamientos públicos que realizan los involucrados o las declaraciones que hacen llevan un trasfondo o algo irregular.

Un ejemplo de eso fue la fiscalización que ordenó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) al Consejo General del Instituto Nacional Electoral para revisar el gasto de campaña ejercido por Samuel García, virtual ganador de la contienda por el Senado en Nuevo León. ¿La razón? Haber usado una playera del equipo de fútbol de los Tigres y otra de la selección mexicana.

Si, como se leyó, por usar una playera de fútbol se le imputó sospecha o lucro electoral para ganar la elección, y sea dicho de paso, ponerle una paliza al PRI y a MORENA en Nuevo León.

Aunque el resultado de la fiscalización resolvió que el senador electo por Nuevo León, Samuel García, de Movimiento Ciudadano, no rebasó los topes de gasto de campaña, el juicio exprés cita precedente en los procesos electorales de nuestro país.

Este precedente es importante porque abre la puerta a controversias aún más inverosímiles, o bien, abre la casa del sospechosismo, del fraude electoral, del juego de poderes y declaraciones, y la verdad, México ya no quiere eso, queremos representantes que realmente sean los elegidos por la sociedad, por el pueblo y no por el poder o “la mafia del poder”.

Muchos candidatos en campaña, y aún más, durante el Mundial de Fútbol, se pusieron la playera de la selección mexicana, no sé cuántos ese hecho les haya sumado votos, podría asegurar que eso no atrae votos ni simpatías, simplemente es un acto masivo y sin fondo electoral, sin embargo, pensar que por usar una playera de algún equipo de fútbol te hace ganas elecciones, es iluso.

Lo peor no fue eso, sino que al Senador Electo le estaban tazando el costo de marcas publicitarias en su playera, es decir, el gasto o pago a cada marca publicada en la playera deportiva, eso sí fue ridículo. Casi 70 millones de pesos.

Pasando ahora al contraste, pensemos, sí la playera de los Tigres supuestamente le sumó votos a Samuel García, pensemos cuantos votos le resto porque en Nuevo León hay mucha afición a otros equipos de fútbol y hasta enemigos de los universitarios.

En el 2015, según la LIGA MX las mejores cinco aficiones fueron las siguientes:

1 América 412,143

2 Tigres 361,286

3 Leones Negros 329,365

4 Chivas 281,688

5 Monterrey 253,897

Así que usar una playera de Tigres, también debería ser considerado como impacto negativo o adverso, y siendo así, y considerando lo ilógico de los razonamientos del Tribunal, pues que le resten los votos de la afición de los Rayados del Monterrey por usar la playera de los Tigres.

La revista Record, especialista en noticia deportiva, publicó la Consulta Mitofsky: “La Afición al Futbol Soccer en México 2018”, y resultó lo siguiente:

1 Chivas 21.7

2 América 20.9

3 Pumas 9.7

4 Cruz Azul 8.8

5 Tigres 8.3

6 Atlas 4.8

7 Monterrey 4.1

Siendo así, no veo por ningún lado el criterio que dio materia y que puso en riesgo el triunfo de Samuel García como Senador de la República por Nuevo León.

Nos leemos en la próxima, saludos.

Diputado electo de MC Jalisco

@jonadabmartinez

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.