Toca decidir sobre las Villas

Jorge-Rocha2PESIMISMO ILUSTRADO/Jorge Rocha

En los últimos días se puso sobre la mesa el tema del posible destino de las Villas Panamericanas, ese “armastrote” que adorna el Sur de la ciudad por la zona de El Bajío desde el año 2011; y que sólo fue utilizado una vez.

El expediente “Juegos Panamericanos” sigue sin cerrarse, todavía no tenemos claridad sobre los recursos públicos destinados y los dividendos que dejó, tampoco hay un plan completo frente a la infraestructura deportiva creada y por supuesto sigue sin aclararse el proceso por medio del cual se construyeron las Villas en un lugar donde su impacto ambiental sería desastroso, con permisos que no se atuvieron a la ley y con una inversión donde no se midió adecuadamente el riesgo financiero.

Luego de la culminación de los Juegos Panamericanos del año 2011, uno de los debates centrales giró en torno al uso futuro de las Villas Panamericanas; y al menos había tres grandes propuestas: a) vender las habitaciones como departamentos; b) demoler las Villas por la irregularidad en la construcción y su impacto ambiental; c) utilizar el espacio en una actividad de poco impacto al medio ambiente y de gran relevancia social.

La primera opción está prácticamente desechada. La segunda opción no está descartada, pero hay actores políticos y económicos que están en contra de ésta por los efectos negativos de la inversión realizada, que representa cuantiosas pérdidas tanto a particulares como a trabajadores del Estado.

La tercera opción se ha mantenido viva, sin embargo, en esta línea se han puesto sobre la mesa muchísimas ideas, algunas con cierto sustento y otras complemente disparatadas. Así que propuestas van y propuestas vienen y el “armastrote” sigue allí.

Como decía antes, el presidente municipal re-electo de Zapopan, Pablo Lemus Navarro, propuso que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se traslade a las Villas Panamericanas, esto a propósito de la iniciativa de Andrés Manuel López Obrador de descentralizar secretarias de estado y organismos públicos.

La propuesta generó adiciones y críticas, hay organizaciones civiles que siguen planteando que las Villas deben ser demolidas, sin embargo, hay otros actores sociales que ven con agrado esta iniciativa. Por supuesto que hace falta que el presidente electo se pronuncie al respecto, pero al menos esta agenda está colocada de nuevo en el escenario público.

Mi posición personal al respecto de las Villas sigue siendo la misma desde el año 2011: las Villas Panamericanas deben ser demolidas por el riesgo ambiental que representan y porque dejarlas en pie es un pésimo mensaje que abona a la impunidad.

Sin embargo, también creo que es necesario y urgente tomar una decisión al respecto del “armastrote”. No estoy seguro de que trasladar la sede el Conacyt a las Villas Panamericanas sea la mejor propuesta, pero me parece que es una idea que puede detonar un debate serio y profundo en torno al futuro del “armastrote” y entonces construir un consenso social sobre el uso que se debe dar a esta infraestructura.

Me queda muy claro que sea cual sea la decisión hay dos aspectos que no se pueden descuidar: el primero es que debe realizarse y transparentarse los estudios de impacto ambiental de este proyecto para asegurar que la zona no resulte afectada.

Uno supondría que si existe una institución que tendría que tomar en cuenta una investigación de esta naturaleza es precisamente el Conacyt.

El segundo asunto es que la decisión no “limpia” el proceso de irregularidades que hubo; y que el expediente de las Villas Panamericanas debe concluirse con una investigación rigurosa y completa, para saber qué pasó, deslindar responsabilidades y castigar a los posibles responsables de actos de corrupción si los hay.

Toca decidir el futuro de las Villas, ya que no hacerlo nos llevará a seguir con nuestro inútil “armastrote” en el Sur de la ciudad.

Profesor Investigador del ITESO

@JorgeRochaQ

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