Más allá de Elba Esther

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DIVISADERO/Eduardo González Velázquez

En marzo de 2013 nos sorprendía la noticia de que la poderosa lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, era detenida y acusada por operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.

La otrora intocable maestra Gordillo, puesta el frente del SNTE por mandato del entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, recibía un golpe político, que se decía, era definitivo para arrebatarle el poder del sindicato y despejar el camino para la puesta en marcha de la reforma educativa de Enrique Peña Nieto.

En el fondo, la detención era un acto político y revanchista porque la comiteca no aprobaba la reforma peñista. Lo verdaderamente importante, que son los procesos educativos no estaban bajo el interés del gobierno ni del SNTE. Ni tampoco las investigaciones serias sobre los supuestos delitos cometidos por la líder del SNTE.

Con ello, no descarto la posibilidad de que Elba Esther hubiese cometido algún crimen, pero de eso a que se le comprobara o que realmente ese hubiera sido el interés de Peña Nieto hay mucho trecho.

Prueba de ello, es que independientemente de su permanencia en prisión, o de su liberación o de las evidentes diferencias entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador sobre la reforma educativa; la calidad de la educación en México languidece sistemáticamente.

Ante las afirmaciones de Peña Nieto y López Obrador, el primero diciendo que la reforma sigue, y el segundo afirmando que se cancela, es evidente que no

hay un verdadero interés en mejorar la calidad de la enseñanza en México. Nadie discute el contenido de los programas educativos, las carencias materiales de estudiantes y profesores para cumplir adecuadamente con sus tareas, de los salarios de hambre que reciben los profesores, de la corrupción sindical, de la venta de plazas, del cobro de cuotas a las madres y padres de familia, de la constante violencia adentro y en las inmediaciones de los planteles educativos, del acoso sexual sufrido por estudiantes y profesores.

Todo ello, debería estar en el centro de la discusión cuando se trata de mejorar la educación de nuestro país.

Transcurrieron más de cinco años tras la detención de la maestra, mismo periodo en el que se puso en marcha la reforma educativa en medio de voces de apoyo y rechazo que no terminaron por conducirnos a una mejora en la educación. La maestra está libre, Peña se va de la presidencia y Obrador llegará a Los Pinos, nada de ello nos garantiza la mejora educativa en México en tanto continuamos politizando la enseñanza en nuestro país.

Profesor Investigador de Ciencias Sociales y Gobierno del TEC de Monterrey

@contodoytriques

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