Desaceleración de los latinos en Estados Unidos

avatar-laloDIVISADERO/Eduardo González

La cualidad del fenómeno migratorio es la transformación: cambian los lugares de expulsión; los sitios de recepción; el perfil de las personas migrantes; las obligaciones para abandonar los hogares; los costos, las rutas y los métodos utilizados para huir; y la cantidad de migrantes y sus descendientes en los lugares de arribo.

A propósito del último aspecto arriba mencionado: los cambios demográficos en la población migrante en Estados Unidos, esta semana el Centro de Investigación Pew (http://goo.gl/DOOIgw) dio a conocer un informe donde, si bien, los hispanos se han consolidado como la primera minoría en el vecino del norte con una población de 57 millones entre primera, segunda y tercera generación, al menos desde 2007 han experimentado una caída en el crecimiento de su población.

Entre 2007 y 2014, la población hispana tuvo un crecimiento anual de 2.4%, mientras que entre 2000 y 2007 casi fue del doble, 4.4%, y 5.8% durante la década de los noventa.

Esta situación ha ocasionado que los asiáticos sean hoy por hoy en Estados Unidos la minoría de mayor crecimiento, con 3.4% en los últimos 7 años. No obstante, los hispanos lideraron al menos la mitad del crecimiento en 524 condados donde había al menos mil residentes latinos en 2014.

Otro cambio que experimenta la población latina en Estados Unidos es su distribución. La geografía migratoria se ha modificado desde 2007, presentando ahora mayor crecimiento en estados tradicionalmente con menor población migrante-hispana.

Así, vemos como en California, Colorado, Florida o Nevada el crecimiento de los hispanos es menor al que se presenta en Dakota del Norte, Alabama, y Georgia. De igual manera que en México y Latinoamérica comienzan a surgir nuevas zonas expulsoras, en la Unión Americana tenemos nuevos estados de recepción y crecimiento migratorio.

Al menos dos son las causas que han generado estos cambios demográficos, por un lado, el descenso en la migración desde México y América Latina como producto de la crisis de 2007, las redadas y deportaciones en el gobierno de Barack Obama, y la puesta en marcha de decenas de leyes estatales antimigrantes; y por otro, una baja en la tasa de fertilidad de las mujeres latinas.

En el contexto de la desaceleración de la población hispana en Estados Unidos no deja de llamar la atención las prácticas y los discursos xenófobos que continúan criminalizando, discriminando y victimizando a la población migrante “con o sin papeles” que cotidianamente trabaja para apuntalar la economía de nuestro vecino del norte.

La clase política estadunidense no debería echar en saco roto uno de los datos más importantes dados a conocer por el Pew, en el sentido del potencial político que tendrán a largo plazo los estadunidenses de origen hispano quienes en los siguientes años alcanzarán la mayoría de edad y tendrán el derecho a votar.

Quizá la deuda latina será cobrada en los años venideros a la generación de políticos que continúan persiguiendo a quienes al no tener el derecho a no migrar solo buscan ganarse la vida al norte del río Bravo.

Profesor-Investigador
Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales
TECNOLÓGICO DE MONTERREY

@contodoytriques

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