LA MÉNDIGA OLIGARQUÍA/Esteban Garaíz
El primer terrorista suicida que registra la historia fue Sansón, el forzudo hijo del pueblo de Israel, que cayó atrapado por los pilistín de Gaza (que la Biblia llama filisteos) y que decidió morir matando. Es curioso cómo, al revés, en los últimos 50 años muchos descendientes de aquellos pilistín de Gaza, acorralados militantemente por los descendientes de Sansón, siguen decidiendo hoy morir matando.
Toda proporción guardada, los priistas de Jalisco han decidido morir matando. Ya vieron que están perdidos. Su propia corrupción los hundió. El pueblo finalmente despertó. Los horrores de Tlatlaya y de Ayotzinapa han quitado la venda de los ojos de los soberanos. Ya no sirven despensas, ni tarjetas. Soriana, ni pantallas de televisión para seguir embobando a la gente.
Ya la gente se ríe de la gaviotita recién casada con el gobernadorcito de Chiapas. El pueblo se burla de la avalancha verde (el nuevo color de los corruptos lacayos de la gran oligarquía), que nos quiere vender el gobierno como si fuera jabón en polvo. Para colmo, la propia dirigencia nacional del PRI decidió deshacerse de la estorbosa erre en la XXI Asamblea.
Ahora son el PI. Ya no pueden sostener ni en los documentos básicos, su propósito revolucionario de justicia social. Tuvieron que hacerlo para cometer el vandalismo de entregar la soberanía energética nacional a favor de un interés superior: “la seguridad energética de América del Norte”.
Por eso: para tapar su vandalismo, cometido por priistas y panistas (más los pequeños mercenarios) tuvieron ahora que revivir su acusación (¡al ladrón, al ladrón!) de vandalismo por una méndiga reja del glorioso recinto del Congreso del Estado, que no vale ni 3 mil pesos, cuando con su “mayoría parlamentaria” cometían la atrocidad de ratificar el daño estructural, sí, a la soberanía nacional entregando el petróleo.
Ahora el PI se sabe perdido. Primero vendrá la pérdida de la plaza de Guadalajara. Después el derrumbe total. Como los moros de Granada en 1492. Reviven desesperados el viejo expediente del 2002, legalmente cerrado, del doctor Carlos Lomelí, 13 años después, en plena elección.
Su asombroso espíritu de justicia comienza a dar saltos lógicos, tan sólidos como castillos de naipes, para concluir afirmando, en los medios, no en el ámbito judicial oportunamente, que hay una conspiración delictiva, en la que naturalmente involucran a quien les ha plantado jaque al rey. No hay vuelta atrás: es jaque al rey.
Han tenido que traer al presidente nacional del PRI para formalizar el terrorismo suicida. Por cierto que, mientras tanto, el titular único del Poder Ejecutivo federal, al inaugurar la carretera León- Lagos, hacía gala nuevamente de su amplia cultura geográfica al presumir la conexión del “estado de Lagos con el estado de …este estado: el de León”.
Y en el ITESO mandan cruelmente a la guerra a un pobre soldado sin fusil. Por supuesto que merece respeto un modesto empleado de limpia del Ayuntamiento de Zapopan que obtiene una beca para estudiar Ciencias Políticas en una prestigiada universidad como el ITESO.
Lo que no es aceptable es que lo manden a que origine un escandalito sin el menor recurso retórico, y que lo pongan ante las cámaras a debatir con un líder sólido, que sabe lo que dice y lo que defiende; y el pobre chavalo quede exhibido como un ignorante sin más argumento que “las noticias”.
La actitud contra la valiente candidata de MC en Tlaquepaque resulta todavía más indignante por la atroz carga de machismo descarnado y de elitismo académico que conlleva. Eso a nombre de una agrupación política que tuvo en su historia, hace 60 años, mujeres espléndidas que fueron militantes antes de que lograran ser ciudadanas.
No cualquiera se enfrente hoy al feroz cacicazgo de Tlaquepaque, construido por el control corporativo sustentado en el miedo a la represión real y amenazante. La propuesta fundamental es acabar con ese cacicazgo monstruoso. Sólo por eso merece María Elena Limón nuestro rendido reconocimiento.
¡Vivan las mujeres!
@EGaraiz