Con ellos y no contra ellos

VerónicaJuárez

PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña

La intolerancia significa no reconocer al otro. Quien se sabe demócrata, quien se siente demócrata, entiende que no importa que alguien discrepe nadie le puede quitar sus libertades o derechos. “No estaré de acuerdo contigo, pero defenderé hasta con mi vida tu derecho a expresar tus ideas” escribió el biógrafo de Voltaire, frase atribuida al hombre de las luces.

Es lo que preocupa de un candidato como Andrés Manuel López Obrador: considera que quien disiente de sus ideas es parte de la mafia del poder; quien no coincide con sus postulados, tiene intereses espurios.

Alguien que cree en la democracia no puede pensar así y nosotros los y las perredistas sufrimos por años su intolerancia a la crítica.

López Obrador define quién es pueblo y quién no es pueblo. Sus simpatizantes, los que se mueren porque alcance la Presidencia, son la imagen reencarnada del pueblo y él, por supuesto, su líder en el desierto.

El resto de los candidatos son títeres de la mafia del poder, esa clasificación que incluye a sus opositores y de la cual desapareces cuando ves la luz y te alías con él.

Por ello, no ha dudado en calificar a la Iniciativa Privada como un tentáculo más de sus enemigos. Por una sencilla razón: lo cuestionan y le preguntan sus intenciones a las que responde con vaguedades y sin compromiso.

La política nació para unir. Sabemos que somos distintos. Que usted y yo podemos tener diferencias en la forma en que entendemos el mundo: la economía, la sociedad y la cultura. Sin embargo, la política tiene como misión construir canales de entendimiento entre distintos.

Reconocernos y entender que el diálogo y el respeto son los caminos hacia la construcción de una sociedad más justa. La política como arma del encono, la división y la polarización sólo sirve para enfrentarnos unos contra otros.

¿De verdad puede gobernar una nación alguien que considera que hay ciudadanas y ciudadanos legítimos y otros espurios? ¿Alguien que ve el mundo entre “fifis” y el pueblo? ¿No hace más que profundizar la brecha entre unos y otros?

He aprendido durante muchos años en la política que nuestra principal labor es unir y no separar. Las y los perredistas así lo hemos hecho en temas que dividían: los derechos de tercera generación, las libertades, las lenguas, los territorios.

Nuestra bandera siempre ha sido que la igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades nos hace una sociedad más unida y coherente. A pesar de su renovado discurso de conciliación, cada tercer día vemos que aparece un López Obrador que se sale del guion y encara a cuanto le pide respuestas.

Los gobiernos de izquierda exitosos son los que demostraron que era posible empujar una agenda de mejora de los derechos laborales y las condiciones económicas con los empresarios como grandes aliados. Con ellos y no contra ellos.

A diferencia de como ve el mundo López Obrador, no hay un enfrentamiento entre ricos y pobres, norte y sur, patrones y trabajadores. No, la mayoría entendemos que la desigualdad, la pobreza y la exclusión son intolerables y juntos debemos dar la lucha.

No permitamos un México en donde el enfrentamiento sea la moneda de todos los días. No es la salida.

Delegada nacional del PRD

@juarezvero

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