Deshielo de un glaciar descubre escondite de la I Guerra Mundial

En un paraje congelado sobre las puntas de los Alpes, los soldados austrohúngaros construyeron un escondite para atacar Italia que quedó sellado durante más de 100 años.

En la cima del Monte Scorluzzo, al norte de Italia, el deshielo ha dejado al descubierto un escondite nunca antes visto. Según los arqueólogos que visitaron el sitio, pudo haber sido un lugar estratégico para la armada italiana durante la Primera Guerra Mundial.

Después de más de cien años, ha vuelto a ver la luz tras el deshielo de su sepultura nevada.

Un escondite bajo una densa capa de nieve

Se conoce como Guerra Blanca al periodo de la historia de Italia en el que el frente italiano libró batallas contra Austro-Hungría, entre 1915 y 1918. Con su integración a la Triple Entente, el país esperaba recuperar los territorios dominados por el Imperio Austrohúngaro que, según aseguraban, les correspondían cultural e históricamente.

Se le conoció así porque la mayor parte de ellas tuvieron lugar en los Alpes nevados. Durante más de un siglo, el paraje estuvo completamente abandonado, “como una tumba helada“, según la cobertura de The Smithsonian Magazine. Al interior, se encontraron alimentos enlatados, monedas, linternas, botellas, ropa e incluso cartas escritas a mano.

Según los científicos que analizaron el lugar, se trató de un antiguo búnker en la cima de una montaña. Puede ser que los artículos encontrados pertenecieran a soldados austrohúngaros que, durante la Primera Guerra Mundial, tuvieron que sobrevivir el frío a 3 kilómetros sobre el nivel del mar.

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Una cápsula del tiempo sobre los Alpes italianos

El cuartel estaba en la frontera suiza. Hoy en día, forma parte del Parque Nacional Stelvio, en el que se hace un homenaje a los soldados que murieron congelados en el escondite del Monte Scorluzzo. Así lo destaca Stefano Morosini, un historiador del parque nacional para The Guardian:

“Los cuarteles [son] una cápsula del tiempo de la Guerra Blanca que [nos ayudan] a comprender las condiciones extremas y de hambre que experimentaron los soldados”, señaló el experto. “El conocimiento que podemos recopilar hoy de las reliquias es una consecuencia del hecho negativo del cambio climático”.

En total, se pudieron recuperar alrededor de 300 artefactos del escondite en los Alpes italianos, al interior de una cueva del Monte Scorluzzo. Con el deshielo producido por la emergencia climática global, los arqueólogos finalmente pudieron entrar a ver de qué se trataba.

El sitio quedó sellado para siempre después de que el último soldado austrohúngaro salió de ahí, el 3 de noviembre de 1918. Detrás de sí, cerró la puerta del escondite y un glaciar se encargó de protegerlo durante 100 años. A pesar de las condiciones climáticas desfavorables, la guarida se mantuvo intacta hasta ahora, como una cápsula del tiempo en los Alpes italianos.

Con información de Muy Interesante

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