Niños migrantes, la frontera y el coronavirus

DIVISADERO/Eduardo González Velázquez

Queda claro que, en tiempos de crisis los grupos vulnerables miran incrementarse su fragilidad, sin importar el tipo de crisis de que se trate.

En estos meses de pandemia a consecuencia del coronavirus, las niñas y niños migrantes que ingresan a Estados Unidos por su frontera sur sin la compañía de sus madres, padres o tutores, y son detenidos por la Patrulla Fronteriza, están siendo expulsados de manera inmediata negándoles las protecciones que otorga la ley del vecino del norte.

El cambio de disposición se ampara en una orden emitida el 20 de marzo y renovada a finales de abril por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), con la cual los funcionarios fronterizos pueden eludir las leyes de asilo, migración y lucha contra el tráfico humano, en el contexto de la pandemia de coronavirus.

Las leyes de migración en Estados Unidos prohíben que los menores en las condiciones arriba descritas sean deportados a sus países de origen si las naciones de procedencia no son frontera con la Unión Americana.

En ese sentido, solamente podrían ser deportados los menores mexicanos o canadienses, nunca los centroamericanos.

El cuidado de los niños inmigrantes no acompañados bajo custodia de Estados Unidos se rige por el Acuerdo Flores de 1997.

Esta situación está siendo ignorada y los derechos de las niñas y niños violentados sistemáticamente. En los últimos 11 días de marzo fueron expulsados 299 menores no acompañados bajo la orden de salud pública.

La Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) recibió solo 58 niños de funcionarios fronterizos en abril. En marzo, incluidos los 11 días de la orden, los funcionarios fronterizos remitieron a mil 852 menores a la agencia (La Opinión, 7 de mayo de 2020).

Es evidente, que la administración Trump continúa cerrando la pinza contra los migrantes, ahora mediante la orden de salud pública escudándose en los tiempos de la pandemia, con lo cual le pone otro cerrojo a la puerta migratoria.

Seguramente el endurecimiento de las disposiciones para recibir personas migrantes y perseguir a quienes ya lograron asentarse “sin papeles” en Estados Unidos se irán agudizando al tiempo que la batalla electoral para buscar la reelección comience a tomar vuelo.

Bajo la lógica de asfixiar a los migrantes, Donald Trump también continúa avanzando en los cambios necesarios para la contratación de miembros de la Junta de Apelaciones de Inmigración, máximo órgano administrativo para interpretar y aplicar las leyes de migración, con lo cual llevaría a esa instancia un mayor número de jueces proclives a negar solicitudes de asilo, residencia y ciudadanía, al tiempo de apoyar las redadas y deportaciones (El Diario, 07 de mayo de 2020).

Entre la pandemia de coronavirus, el atorón económico y la campaña electoral presidencial, ya sean menores de edad o personas adultas, los migrantes que llegan a Estados Unidos “sin documentos” o bien, quienes ya viven en aquel país bajo esa situación, miran cotidianamente reducirse sus posibilidades de construir un futuro medianamente claro allende el río Bravo.

Profesor investigador del Tec de Monterrey

@cotodoytriques

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