POLÍTICA SIN ÉTICA/Jonadab Martínez
La muerte de seis peatones en accidentes donde participaron unidades del transporte público en los primeros 50 días del año, no es un hecho aislado.
La Zona Metropolitana de Guadalajara creció exponencialmente a la par de su problemática. Las calles y avenidas están rebasadas por el número de vehículos y camiones —de toda índole— que diariamente circulan, lo que representa un verdadero “caldo de cultivo” para que ocurran percances.
Algunas prácticas nocivas de los operadores son añejas como jugar “carreritas”. Prevalece, como en todo automovilista, la falta de concentración por el ruido externo entre otras circunstancias; aunque también vale la pena añadir que atienden llamadas del celular, entregan cambio, dan boleto, bajan y suben gente, reacomodan a quienes van parados, frenan, aceleran, comen, se paran para comprar algo que llevar al estomago. Es el cuento de nunca acabar.
Cualquier factor de distracción juega un papel importante para que ocurran los decesos y eso también va para quienes somos peatones. Todos somos responsables y cada persona se rifa la vida cuando no respeta los señalamientos.
Este caso en particular debería ser una asignatura para la Secretaría de Movilidad en Jalisco en la práctica; sin embargo, ni en la teoría ocurre, solo queda como trabajo pendiente porque no hay voluntad. Dónde está su autoridad, por qué no hacen valer las leyes, por qué no sancionan.
A pesar de contar con un área destinada para regular y supervisar el servicio, el estado de las unidades, de los choferes, sus condiciones de salud, controles de seguridad y la reglamentación, etcétera, se carece de una figura de autoridad.
Es inaceptable enlutar familias por una irresponsabilidad, por no cancelar licencias a quienes lo hacen, participan o son reincidentes. La vida de las personas se toma con seriedad.
Las cifras nos las digo yo, son instancias calificadas: el Consejo para la Atención de las Víctimas del Transporte Público, el Observatorio de Lesiones, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, la Fiscalía de Jalisco, la propia Secretaría de Movilidad y la Secretaría de Salud.
Hasta donde recuerdo, el cuarto reto del gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz —durante la evaluación por su quinto informe— señalaba que habría mejoras hasta en un 80% en todas las rutas del transporte público; sin embargo, vemos que se están viendo rebasados por el problema y las muertes continúan.
Queda claro que las acciones que se emprenden para inhibir los accidentes mortales donde participa el transporte público, son insuficientes y lamento que estos incidentes continúen dando de qué hablar.
Seguiré esperando con ansiadas las mejoras como prometen las autoridades, espero y prometo no cansarme.
