POLÍTICA SIN ÉTICA/Jonadab Martínez
En busca de abonar a la seguridad de los peatones y evitar que las autoridades construyan calles inseguras y sin orden urbano, se consolidó un documento elaborado con lineamientos técnicos que tendrán todas las vialidades en México y como parte de la política pública que se implementó en 2012 para recuperar la rectoría de la planeación urbana.
Dicho documento fue publicado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y recobra el nombre de: “Manual de Calles: diseño vial para las ciudades mexicanas”.
De forma similar a la Ley de Seguridad Vial, este documento está integrado con la voz de expertos en urbanismo, académicos e integrantes de la sociedad civil, por tanto es un esfuerzo interesante para seguir los pasos y en espera de que su aplicación no sea letra muerta que descanse en un cajón.
Es lamentable que mientras en las calles del país cada hora dos personas pierden la vida, legisladores y dependencias del gobierno federal continúan discutiendo si el Congreso tiene la facultad de legislar en la materia, a partir del Artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Por lo pronto, en la Cámara de Diputados aprobó una prórroga para que las comisiones de Gobernación y Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial emitan sus respectivos dictámenes correspondientes a la Ley General de Seguridad Vial hasta el próximo 30 de abril de 2018.
Como dato importante, cada año, mueren 8 mil 161 peatones por hechos de tránsito, por lo que la relevancia de acciones de este tipo, abonan a la seguridad de las y los mexicanos quienes transitamos por las calles, que son la base de cualquier sistema de movilidad urbana.
Así, el Manual de Calles orienta el diseño de ciudades hacia el uso real del espacio público y promueve ciudades más seguras, resilientes, inclusivas y sustentables, lo que lo convierte en el primer documento en la historia del país que atiende aspectos de seguridad, movilidad y el transporte no motorizado.
Por lo pronto, a través de un comunicado en donde diversas organizaciones de la sociedad civil se suman al llamado para que se agilice esta Ley de Seguridad Vial, se enfatizó que cada día que pasa mueren 44 personas por lo que la aprobación de la ley cada minuto cuenta.
No podemos pasar por alto que la legislación en materia de seguridad vial protege los derechos fundamentales a la vida y a la salud; tomando en cuenta que las cifras de personas fallecidas son similares a las causadas por influenza o neumonía, legislar en la materia debe ser prioridad para proteger a la población en general y, especialmente, a la población infantil, ya que, al ser la primera causa de muerte, se coartan sus derechos fundamentales.
En conclusión, todo esfuerzo que le abone a mantener la vida es aplaudible y especialmente si se trata de una regulación como la iniciativa de Ley de Seguridad Vial, es decir, que busque cuidar la integridad de peatones, automovilistas, transportistas y en fin, todos los actores que confluimos día a día en las calles de nuestro país.
