Mesura en el ejercicio del poder

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TRIBUNA/César Iñiguez

Los gobernantes deben tener varias virtudes en el ejercicio del poder, preparación para el cargo, honestidad, integridad, transparencia, trabajo constante, visión de ciudad, determinación y capacidad de decisión.

En nuestro entramado democrático, el gobernante debe, aunque no lo sea, parecer afable y cercano; debe al menos, aunque no lo sea, demostrar la capacidad de escuchar al pueblo.

El pasado fin de semana, en la entrega de una unidad deportiva José María Morelos, que el alcalde de Guadalajara Enrique Alfaro entregó rehabilitada protagonizó un altercado con un ciudadano, de quien se expresó mal y lo retó a los golpes, en un acto realmente bochornoso.

En un video que circula por las redes sociales, se observa como un hombre evidentemente mayor de edad se enfrasca en una discusión con unos policías de Guadalajara, quienes lo alejan del contingente donde se encontraba Enrique Alfaro, en la alegata se escucha que el hombre les reclama a los uniformados la manera en la que el alcalde lo ofendió y lo agredió, luego de algunos segundos se escucha, como el alcalde tapatío, custodiado por varias personas se acerca al hombre y le dice: ¿quieres golpearme? ¡Ven a golpearme! ¿Cuál es el problema? Al tiempo que le sentencia: ¡Vete de aquí, cabrón, no estés fregando! Y momentos después se lo llevaron detenido.

Luego del incidente, el alcalde tapatío, lejos de disculparse intentó justificar su actuar en las redes sociales refiriéndose al hombre como un emisario del PRI y como una persona que lo había ofendido y empujado, algo que nunca acreditó.

No es la primera ocasión en la que el alcalde tapatío se ve envuelto en escenas de este tipo; escenas que ponen en riesgo su imagen y popularidad;  de entre las virtudes de un alcalde, una de las más importantes sin duda, es la mesura, la prudencia y sensatez en el ejercicio del gobierno.

¿Que le mandaron al adulto mayor a increparlo? Bien. ¿Que el señor fue el que lo provocó? Bien ¿Que el hombre era el provocador y le gritaba? Bien…

Cuando un gobernante entrega obras en la vía pública a eso se expone, cuando hace trabajo de calle a eso se expone, pero ¿un alcalde es el que debe encarar y pedir enfrentarse a golpes? ¿Él debió haberlo hecho? ¿Ofenderlo como lo hizo?

Definitivamente no, la muestra es que en muchas partes del país y en otros lugares del mundo, los gobernantes entregan obras y son increpados en público por personas opositoras a su gobierno, y ninguno actúa de esa forma.

Por ello es que la forma en la que actuó el alcalde tapatío es reveladora.

No se puede concebir un alcalde que tenga aspiraciones políticas actuando de esa manera, no hay manera en la que un gobernante con visos de agresivo y autoritario pueda tener éxito electoral por mucho tiempo.

El ejercicio del gobierno reclama muchas virtudes, siendo la moderación, la mesura y la prudencia, fundamentales para cualquier gobernante.

Asesor legislativo en Congreso de Jalisco

@CesarIniguezG

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