Alcaldes MC ¿reelección o no?

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DIVISADERO/Eduardo González

Siempre he sostenido que la reelección existía de facto en el sistema político mexicano, los funcionarios independientemente de su desempeño brincaban de un puesto a otro.

No permanecían en el mismo lugar, aunque sí en el gobierno, por lo tanto, en la práctica la reelección era un hecho. Lo mismo sucedía con los representantes populares al momento de alcanzar un espacio político producto de una jornada electoral.

Una vez alcanzado el poder legislativo o ejecutivo municipal o estatal comenzaban a navegar por esas aguas sin dejarlas por un instante.

Su permanencia en el Congreso federal, los Congresos locales, las presidencias municipales o las gubernaturas, lo mismo que desempeñando un cargo administrativo que no fuese producto de las elecciones, no dependía de la calidad de su desempeño, sino de los intereses del grupo político al que pertenecían, y de los suyos propios.

Hasta el cabus del ferrocarril de la democracia colocaban los intereses ciudadanos.

Cuando se modificó la ley para permitir la reelección legislativa y los mandatos en los gobiernos municipales, afirmé que ello no sería garantía de tener buenos gobiernos, ni tampoco que los gobernantes fuesen a querer permanecer en el mismo puesto.

Al contrario, como suceden desde hace muchos años, acceder a un puesto de elección popular solo se utiliza para seguir “avanzando” posiciones y no para profesionalizar el ejercicio público de la administración.

Durante mucho tiempo se argumentó que tres años de los gobiernos municipales no eran suficientes para concluir con el trabajo y cumplir satisfactoriamente con las promesas de campaña y atender las demandas ciudadanas.

Luego entonces ¿por qué Enrique Alfaro no concluyó el mandato para el que fe elegido en Tlajomulco? Seguramente hará lo mismo en Guadalajara.

Asimismo, el actual presidente de ese municipio, Alberto Uribe ya está haciendo maletas para irse de presidente interino a Guadalajara cuando la comuna sea abandonada por Alfaro en busca de llegar a Casa Jalisco.

Pues si tan bien les ha ido al frente de sus municipios, como ellos mismos lo han manifestado, ¿por qué no repetir para concluir de mejor manera su mandato? O al menos concluirlo.

Si en menos de dos años, dicen los alcaldes en cuestión, han logrado tanto, pues seguramente conseguirían más en dos periodos.

En situación similar estaría Ismael del Toro, Coordinador político del Congreso local. Seguramente no buscará repetir en el recinto legislativo. ¿Qué pasará en Zapopan con Pablo Lemus y en Tlaquepaque con María Elena Limón? ¿Buscarán la reelección y apuntarán sus baterías hacia la administración estatal en caso de que Enrique Alfaro se convierta en el nuevo gobernador?

Varios alcaldes y legisladores emecistas, fieles a la tradición del sistema político mexicano (aunque el discurso sea diferente), bailarán al son que les toque su director de orquesta.

El reacomodo de piezas en el ajedrez metropolitano estará en función de los intereses alfaristas y no en el de los ciudadanos.

Por ello, nuevamente pregunto, ¿para qué se pidió la reelección

Profesor-Investigador
Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales
Tecnológico de Monterrey

@contodoytriques

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