CENTAURO/Camilo González Lara
El que nace, inclinado por la unión y la asociación con sus semejantes tanto doméstica como civil, está ordenado por la naturaleza a vivir en comunidad política, sin embargo, blanco del odio, de la malevolencia y la concupiscencia, la vida colectiva, en cualquiera de sus modos de expresión, ha carecido de orden, generando pobreza y desigualdad.
La calidad de los servicios para la población es aún insuficiente y el acceso efectivo a los derechos sociales no favorece a nuestras familias por La desigualdad en la distribución del ingreso; es de indignación que mientras la riqueza de los 4 millonarios más ricos de México representa ya el 9% del PIB mexicano, más de la mitad de los y las mexicanas permanece en pobreza.
En mi tránsito por el municipio de Tlaquepaque, me ha causado estupor las condiciones de más de 212,000 individuos en pobreza, con un ingreso inferior a la línea de bienestar y admiración por las más de 34,500 jefas de familia.
He sido testigo de viviendas que no disponen de agua entubada de la red pública, con piso de tierra, con un solo cuarto, que no disponen de drenaje, que no poseen ningún bien y no disponen de energía eléctrica.
Avecindados con educación básica incompleta, sin derechohabiencia a servicios de salud, niños que no asisten a la escuela, adultos analfabetos.
Con penuria en alimentación.
No es difícil determinar el carácter y la forma que tendrá la sociedad política cuando la filosofía gobierne, como adquisición de los tiempos modernos y producto de una libertad progresiva, y no la atrocidad de la calumnia y la denostación que arma y aguza sin motivo, y que abonan a estos males.
El enfado y la incredulidad persisten en la ciudadanía, ya no importa el color o la simpatía partidista, hasta la formula independiente es cuestionada.
Las carencias materiales de los que están privados del mínimo vital y las carencias morales de los que están mutilados por el egoísmo, son fertilizante y levadura para la inseguridad.
Persevero en quien pueda aplicar su esfuerzo inteligente para valorizarla y mediante su trabajo lograr que los que ¨valen por tres¨, florezcan y se consoliden.
Ellos aspiran a verse libres de la miseria, hallar con más seguridad la propia subsistencia, la salud, una ocupación estable; participar todavía más en las responsabilidades, fuera de toda opresión y al retiro de situaciones que ofenden su dignidad de hombres; ser más instruidos.
En una palabra, hacer, conocer y tener más para ser más; tal es la aspiración de muchos que radican en esta comuna, mientras que un gran número de ellos se ven condenados a vivir en condiciones, que hacen ilusorio este legítimo deseo.
La pobreza y la desigualdad, no son ya temas desasociados de la seguridad pública tienen un carácter estructural y no solo coyuntural.
Es cierto que hay situaciones cuya injusticia clama al cielo; la empresa está en deuda con los suyos y carece de presupuesto y a veces de imaginación.
La Seguridad ciudadana tendrá que ser el motor para la cohesión social y la inversión, impulsando la economía local y la capacidad de compra, y por lo tanto el mercado interno despegaría,
Ahorrar será mucho más fácil sin temor a ser despojados y las familias acumularían lo suficiente para poder emprender; convencido estoy que la progesterona y los ovarios de la que hoy gobierna abonara a este concepto real y material en beneficio de un proyecto mucho más ambicioso… el bienestar de tu familia.
