POLÍTICA SIN ÉTICA/Jonadab Martínez
El presupuesto que el gobierno federal ha destinado a los niños menores de 5 años no ha rebasado 0.6 por ciento del producto interno bruto (PIB) en este siglo, indica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Si bien México, Brasil, Chile y Colombia son los países de América Latina y el Caribe que más gastan en educación preescolar y protección social para dicho sector mediante diversos programas gubernamentales, el organismo advierte que esos fondos parecen haberse desacelerado.
Las reformas hechas para la educación en México al parecer volvieron a olvidar a este sector, datos censales de 2010 señalan que el número de niños menores de 5 años, ascienden a 10.5 millones, en tanto que 22 millones se encuentran en edad escolar (5 a 14 años).
El gasto público asignado en la región para atender la primera infancia, es decir, a niños hasta los 5 años, se ha hecho principalmente mediante programas de transferencias condicionadas de dinero, servicios de primera infancia y planes de cuidado infantil, enseñanza preescolar y programas de alimentación
De 2005 a esta década, México no reportó una reducción del promedio de los presupuestos aplicados para la primera infancia en relación con el PIB, pues se mantuvo en 0.6 por ciento.
Sin embargo, no sucedió lo mismo en el comparativo con el gasto social, pues de representar 5.4 por ciento en 2009 pasó a 5 en 2012.
No es posible que no se le dé la atención necesaria a la educación preescolar, cuando ésta es básica para el desarrollo de los niños, el no dotarlos de la infraestructura adecuada y del personal capacitado, hace que sean vulnerables, y encamina a la fragmentación de la familia al no contar con el apoyo que el estado debería de otorgar a los padres en su desarrollo laboral.
El gasto promedio en educación preescolar en México fue de 0.31 por ciento, con lo que supera sólo el promedio de 0.04 por ciento de los países africanos y se ubica por debajo del promedio de los de Asia (0.35 por ciento) y Europa (0.52).
El estado debe de garantizar una adecuada distribución del gasto público para todos los sectores.
Pero al ser este uno de los más frágiles dentro de la sociedad, ya que involucran a los menores, a la vez arrastran a los padres, que se apoyan en este nivel, si no se le da las herramientas necesarias al nivel preescolar, condena a los sujetos involucrados a no contar con el desarrollo del aprendizaje necesario con el que deben contar los niños de nuestro país.
