La corrupción, el gran tema del 2018

CESAR IÑIGUEZ AVATARTRIBUNA/César Iñiguez

Pasado el proceso electoral de este 5 de junio en algunos estados de la República, podemos hacer alguna reflexiones y conclusiones.

La primera es, que en política, no hay nada escrito y que los escenarios son cada vez más impredecibles; las encuestas en mucho lugares, o no funcionan, o la gente se ha enseñado a engañar al encuestador y en el fondo dar un contundente voto de castigo.

Hoy por hoy, podemos asegurar que la principal motivación para una persona acuda a una urna a votar es la indignación y el enojo; el castigo que aplica para quienes considera que deben irse o no deben llegar al poder.

Una persona acudía a votar por interés, por afinidad o por miedo; pero hoy, se ha demostrado que la indignación y el castigo han sido el principal motor que hace funcionar al electorado que acude a las urnas en las últimas elecciones.

La causa principal de la indignación y el enojo es el exceso del gobernante, es la corrupción y el cinismo que padecen cuando son descubiertos.

Corruptos hay en todos lados, de todos colores y partidos, pero sin duda hay unos más trompudos que otros; pero hoy en día, luego de este proceso electoral fue en mayor medida, el gran talón de Aquiles para el PRI, particularmente de sus gobernadores salientes quienes fueron exhibidos en evidentes actos de corrupción.

Así cayó el gobierno de Javier Duarte en Veracruz, acusado de enriquecerse de manera exorbitante rematando con un pésimo gobierno; lo que hizo que ganara Miguel Ángel Yunes del PAN logrando una alternancia histórica, luego de que el PRI fuera el único que gobernara la entidad desde tiempos revolucionarios.

La misma alternancia ocurrió en Tamaulipas, en un gobierno priísta entregado a la corrupción y al narco; y en Quintana Roo, donde el gobernador Roberto Borge tenía paralizado al estado y les heredó a sus habitantes un mega endeudamiento por más de 25 mil millones de pesos; así también en Durango, en donde durante muchos años, fue la tierra predilecta del Chapo Guzmán para vivir y refugiarse ante la complacencia de las autoridades estatales.

Perdió el PRI además es Aguascalientes, que dejará un gobierno despedazado, así como también en Chihuahua donde el gobernador priísta saliente César Duarte, se compró un banco (y no para sentarse) con el dinero del pueblo.

Lo mismo ocurrió con los gobiernos paralizados de coalición en Oaxaca y Sinaloa, que en ambos casos, casi por voluntad propia le entregaron al PRI el siguiente periodo.

El problema que enfrenta el PRI es que desde la cabeza a los pies, está salpicado de corrupción: La Casa Blanca, la Casa de Ixtapan de la Sal, los Moches del grupo Higa, las casas de Osorio Chong y Luis Videgaray; gobernadores, presidentes municipales; prácticamente muchos y de todos los niveles con un cinismo e impunidad que sorprende, han sido acusados y señalados de robarse y abusar del dinero del pueblo.

De un lado y otro han caído, de todos colores y partidos como el propio caso de Emilio González en Jalisco; donde la gente castigó al PAN por los excesos del ex gobernador en proceso de expulsión.

Hoy, la escena está cantada, el gran tema del 2018 será la corrupción y los candidatos impresentables caerán fácilmente; donde por cierto hay en todos los partidos, incluyendo el naranja de Jalisco, donde se sienten inmaculados.

La gente ya sabe que la política debe ser para servir y hoy en día, muchos personajes, la usan para enriquecerse brutalmente y gozar de impunidad por sus excesos.

Analista político

@CesarIniguezG

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