Consideración respecto a la Estrategia Nacional de Seguridad Vial

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POLÍTICA SIN ÉTICA/Jonadab Martínez

Hoy 6 de junio se cumplen 5 años de la publicación de la Estrategia Nacional de Seguridad Vial por parte del gobierno federal, y la verdad es que poco o nada ha pasado.

Podemos discutir si se han ido cumpliendo o no los compromisos, si ha habido o no avances o si se han visto o no los resultados en las calles.

Pero lo cierto es que el primero y por lo tanto el más importante de los objetivos de los instrumentos públicos existentes no se ha cumplido: no hay datos confiables para evaluar.

La propia administración actual del gobierno federal definió en el Programa de Acción Específico de Seguridad Vial 2013-2018 (PAE) que “la vigilancia y monitoreo de la seguridad vial es imprescindible para contar con los datos que permitan el diseño de intervenciones y toma de decisiones» y aceptó que «sin embargo, persiste la centralización de la información por los organismos que la generan, la deficiente clasificación y registro de datos, el uso de la información de carácter cuantitativo como registro administrativo, sin explotar los aspectos cualitativos que puede generar».

Bueno, ni hablar, poco se puede agregar a esta conclusión tan clara.

Y por ello hay una entendible coincidencia en los distintos instrumentos firmados o elaborados por el gobierno federal, incluyendo tanto el PAE como la Estrategia, de que el primer objetivo es mejorar la calidad y oportunidad de los datos a través de la estandarización del registro y de la instalación de los llamados «observatorios estatales de lesiones».

No sabemos todavía el alcance preciso del resultado de la instalación y operación de estos observatorios pero lo cierto es que en el tema de datos no ha habido muchos resultados al menos desde la perspectiva de estandarizarlos.

¿Por qué? De entrada Conapra y la OMS han detectado un subregistro que se estima de aproximadamente 30% de los muertos y lesionados que derivan de «codificaciones y diagnósticos inadecuados» que desde mi humilde punto de vista es una triste excusa para justificar la invisibilidad de miles de mexicanos muertos y heridos en las calles del país.

Entiendo que quiere decir que si un ciudadano es atropellado, lo trasladan al hospital, donde fallece digamos después de dos días, se establece en los registros que murió derivado de digamos otra vez, insuficiencia cardíaca, pero no atropellamiento con lo que deja de contar en la estadística.

Un segundo gran problema es que las fuentes de información generan datos distintos con lo que el resultado es manipulable y se generan malas políticas públicas que no reducen accidentes.

Solo en la Ciudad de México, de acuerdo a información generada por Céntrico, los datos de accidentes y heridos parece haber cierto acuerdo entre las fuentes, pero en datos de muertos hay desde el orden de 200 (Secretaría de Seguridad Pública), 300 (INEGI con datos de la PGJDF), 900 (Conapra con datos de Salud) hasta del 1,100 (datos propios del Instituto de Ciencias Forenses). Es decir, el último dato es 6 veces y medio más grande que el primero. Inaceptable.

MAP Jonadab Martínez García
Diputado Federal
@jonadabmartinez

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