CAVILANDO ANDO/Alfonso García Sevilla
Después de escuchar los informes de gobierno me viene la reflexión de la chamba acumulada que las próximas administraciones municipales a partir del 1 de octubre deben resolver, nada fácil, heredan un cúmulo de problemas, unos añejos, otros recientes, que no han tenido una respuesta satisfactoria para los ciudadanos.
Vivimos en una ciudad vieja, mal planeada y desordenada, donde impera la ley del gandalla, donde los servicios están en plena decadencia: calles llenas de baches, alumbrado obsoleto e inservible, calles tomadas por franeleros, espacios públicos invadidos por vendedores ambulantes, la inseguridad creciente y un largo etcétera.
Aunado a ello la problemática de la movilidad, que los presidentes municipales naranjas pretenden hacer suya, agudizada actualmente en los municipios por donde se realizan los trabajos de la línea 3 del tren ligero, donde además, comerciantes y vecinos sufren estragos en sus fincas y mermas significativas en sus ventas.
Las nóminas abultadas y la proliferación de áreas y organismos municipales que duplican funciones se han vuelto un hoyo negro de recursos económicos que bien se podrían destinar al mantenimiento de las calles, mismas que en cada temporal de lluvias se inundan de forma impresionante, siendo un factor de riesgo para los transeúntes y automovilistas.
Las autoridades entrantes heredan ciudades metropolitanas víctimas de los errores y omisiones de planeación, cada vez es más complicado vivir en ellas, la calidad de vida de sus habitantes disminuye, sin que se ponga freno al creciente y voraz desarrollo de vivienda sin ton ni son, afectando zonas de reserva, como el Santa Anita Hills en Tlajomulco y la zona de Colotlán en Zapopan. En muchas ocasiones con la complicidad del Tribunal Administrativo.
Por otra parte, un mal enquistado en los municipios está en la excesiva tramitología a vencer para abrir negocios, generadora de una gran parte de la corrupción que vivimos. El rescate de los mercados municipales y detener el crecimiento de los tianguis es algo que se ha dejado pasar.
La eficiencia gubernamental es el reto de las próximas administraciones municipales, como lo hemos visto y como actualmente lo vivimos, por lo que se requiere acciones contundentes para revertir la inercia en la que se ha montado. Gobiernos han ido y venido y lejos de ver soluciones, los problemas han crecido en muchas ocasiones con la omisión y complicidad de las autoridades en turno.
La expectativa generada por movimiento ciudadano es grande, de igual tamaño que los desafíos que enfrentarán en aras de refrendar en las urnas de su proyecto en el 2018, con el incentivo mayor de ganar el gobierno del estado, de no ser así el ciudadano tendría que optar por regresar a opciones partidistas que no han dado resultados. La mesa está puesta, esperemos que la expectativa se cumpla.
Analista Político
@aagsevilla
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