Nunca es tarde, si el amor es bueno

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Para el amor no hay edades ni tiempos, por eso nunca es tarde cuando se trata de amor del bueno, con 27 años de vida en común, siete hijos, 15 nietos y 7 bisnietos, George Kirby y Doreen Luckie decidieron a dar el gran paso y se casaron en la ciudad británica de Eastbourne.

Doreen, de 93 años, apareció con un vestido blanco y azul y un coqueto tocado en la cabeza; George la esperaba en su silla de ruedas. Amigos y familiares les acompañaron en un día tan especial. «No nos preocupaba no estar casados, pero finalmente lo hemos hecho», explicó Doreen a la agencia France Presse.

George, que en su juventud fue boxeador, recuerda en el New York Daily News cómo fue su pedida de mano el día siguiente de San Valentín. «No me arrodillé porque creo que no podría haberme puesto en pie de nuevo», bromeó el novio. Ahora sólo les queda pendiente elegir cuál será el destino para su luna de miel.

La ceremonia no sólo les ha unido para toda la vida, sino que también les ha permitido entrar en el libro Guinnes de los récords. Entre los dos suman 194 años, tres más que los 191 años que reunían François Fernandez y Madeleine Francineau, los dos franceses que se unieron en 2002 a los que acaban de arrebatar el título.

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