LA MÉNDIGA OLIGARQUÍA/Esteban Garaíz
Si yo tuviera 40 años y fuera candidata a la presidencia municipal de Tlaquepaque, lo primero que haría es ¡Fuera barbas! ¡Todo el mundo rasurado! Las barbas son dañinas. Votan en el Congreso de la Unión por entregar nuestro petróleo a Norte América y luego se van a conseguir votos en Analco. ¡Háganme el campeón favor!
Por lo mismo, yo lucharía Por la Vida. Por reducir el vergonzoso y criminal índice de mortalidad infantil que tiene Tlaquepaque de 12.7 niños por cada mil nacidos, y bajarlo a 4, como en Cuba. Los médicos saben cómo. Los políticos tienen que poner la voluntad política y los medios para que los médicos lo puedan hacer.
No faltarán mentes cuadradas, o perversas, que digan que seguir el ejemplo de Cuba es comunismo. Si salvar vidas de niños es comunismo, hay que salvar vidas de niños; y de madres. Eso es luchar Por la Vida. Lo demás es hipocresía.
Para salvar vidas de niños y de mamás, hace falta acabar con las condiciones de miseria en que viven miles y miles de familias en Tlaquepaque, y en toda el Área Metropolitana, y en todo Jalisco.
Hay que rescatar cientos de “colonias” irregulares, sin agua ni drenaje, ni clínicas, ni espacios para que los niños y jóvenes se recreen, ni banquetas, ni empedrado.
Pero primero hay que rasurarse. ¡Fuera barbas!
