El Papa Francisco, nada sencillito, dice su psicoperfil

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Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco

A 2 años de su pontificado, de entrarle a temas polémicos con México y en plena Semana Santa, la personalidad del Papa Francisco ha dado la vuelta al mundo por la irreverencia de seguir la rutina y protocolo del Vaticano. Y como buen argentino, no tiene nada de sencillito en su perfil psicológico.

Jorge Bergoglio PATRONES DE PENSAMIENTO

Predomina en él la inteligencia lógico-matemática, piensa por medio del razonamiento, le gusta experimentar, cuestionar, calcular, usa la lógica, le gusta los juegos mentales.

Posee sensibilidad y capacidad para discernir los esquemas numéricos o lógicos, la habilidad para entender y manejar largos procesos de razonamientos.

También predomina en él la inteligencia social, está consciente de las motivaciones y los sentimientos de los demás y de él mismo, sabe muy bien qué hacer en las diferentes situaciones sociales.

Piensa intercambiando ideas con otras personas, le gusta dirigir, organizar juegos grupales, hacer amigos.

Posee esa dualidad de pensamiento que integra y combina las ciencias exactas como la química o las matemáticas con el arte de la vivencia y de las experiencias de vida. Sabe combinar la astucia y la fuerza. (Un príncipe debe saber entonces comportarse como bestia y como hombre.

Esto es lo que los antiguos escritores enseñaron a los príncipes de un modo velado cuando dijeron que Aquiles y muchos otros de los príncipes antiguos fueron al centauro Quirón para que los criara y los educase. Lo cual significa que, como el preceptor es mitad bestia y mitad hombre, un príncipe debe saber emplear las cualidades de ambas naturalezas, y que una no puede durar mucho tiempo sin la otra.

De manera que, ya que se ve obligado a comportarse como bestia, conviene que el príncipe se transforme en zorro y en león, porque el león no sabe protegerse de las trampas ni el zorro protegerse de los lobos. Hay, pues, que ser zorro para conocer las trampas y león para espantar a los lobos.)  Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, Cap. 18

 

PATRONES PARA PERCIBIR LA REALIDAD

Dotado de inteligencia emocional, vive el presente, no se siente culpable por el pasado, tampoco le atemoriza el futuro, por el contrario cree que el futuro es algo que puede lograrse. (7) Excesiva confianza en su propio juicio y desprecio del consejo y la crítica ajenos;

Tiene marcada curiosidad e interés por lo novedoso por apertura a las nuevas experiencias, por cosa por descubrir.

Se le dificulta permanecerá mucho tiempo en un mismo lugar.

Inconformidad, rebeldía hacia a las normas sociales, convencionales demasiado estrictas, sin sentido.

Su animal totémico podría ser el tábano. (Sócrates decía que él hacía las funciones del tábano para el caballo grande y noble pero algo lento que requiere ser espoleado. Que los dioses lo colocaron en la ciudad para una función parecida con los ciudadanos, para despertarlos, persuadirlos y para confrontarlos uno a uno, les decía a los ciudadanos que si se libraban de él permanecerían como dormidos, a menos que los dioses de apiade de ellos y les mande otro como él. A Sócrates le gustaba que le apodaran “el tábano de los dioses”, aseguraba que su destino era el de incordiar.)

 

PATRONES DE SENTIMIENTOS GUARDADOS

De su infancia tiende a guardar más los recuerdos agradables y felices que los momentos desagradables y de penuria.

Para él la familia es sumamente importante.

 

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PATRONES HACIA EL TRABAJO Y LAS FINANZAS

Es creativo, ingenioso y espontaneo.

La rutina no está en su base de datos.

Las exploraciones le apasionan.

Es activo, siempre en movimiento es su estado natural.

Por lo general tiene un plan alternativo, si el plan “A” falla tiene un plan “B” y su este falla tiene un plan “C”…

No siempre sigue al pie de la letra su agenda de trabajo, constantemente esta improvisando o cambiándola, la burocracia vaticana tuvo que adaptarse a este estilo de papado.

Difícilmente se le presentará un caso de filtración de documentos similar al del mayordomo de su antecesor Ratzinger, pues su malicia y su perspicaz agudeza dejaran atrás cualquier intento.

 

 PATRONES DE LIDERAZGO

Quien crea que puede influenciarlo de una u otra manera, pierde su tiempo, no le gusta que le digan lo que tiene que hacer. (7) Excesiva confianza en su propio juicio y desprecio del consejo y la crítica ajenos;

Tiene la capacidad de hacer amigos y, también de influir sobre ellos.

Espera que cada miembro de su equipo se haga responsable  de sí mismo.

Le satisface ser optimista, las complicaciones de la vida no le desaniman.

El día que perdiera la capacidad de reírse de sí mismo se convertirá en hipercrítico y, se tornaría en “dueño de la verdad absoluta”. (10) La creencia de ser responsables no ante el tribunal terrenal de sus colegas o de la opinión pública, sino ante un tribunal mucho más alto: la Historia  o Dios;

Lidera espoleando a las personas a participar con ideas, buscando reformas,  generando e impulsando oportunidades, lidera fomentando la formación de grupos organizando actividades buscando mantener buenas relaciones entre sus miembros.

Los servicios de inteligencia de la guardia suiza están muy preocupados y trabajando a marchas forzadas por la seguridad del Papa Francisco.

Persuasivo e influyente.

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PATRONES DE EXPRESIÓN

En ocasiones tiende a comportarse como niño o adolescente, algo imprudente.

En su infancia y adolescencia, se caracterizaba por su espíritu aventurero, explorador y, causante de travesuras ingeniosas y creativas

Le gustan las conversaciones inteligentes y humoristas.

Gusto por los museos de arte, ciencia y tecnología de los lugares que pueda adquirir nuevas experiencias y conocimientos durante su papado.

Es probable que prefiera un buffet en donde pueda probar de variados platillos a la vez, que una comida formal, buscando de preferencia estar acompañado.

Le caracteriza la crítica irónica e incluso algo sarcástica, para denunciar, de carácter directo sin adornos ni ambages.

 

PATRONES PARA ENFRENTAR LOS RETOS Y CONFLICTOS

Considera que vivir es atreverse, que la vida en sí ya es una aventura, le gusta disfruta la emoción del riesgo, se atreve, se aventura donde la mayoría no se arriesgan, de hecho, su papado es y será de alto riesgo.

No se somete fácilmente a las consternaciones y desasosiegos.

Es audaz físicamente, posee la capacidad enfrentarse a cualquiera que quisiera tomarle ventaja

Es espontáneo, rápido, creativo, sagaz, productivo, entusiasta, tiene plena confianza en lo que hace

Tiene habilidad mental para visualizar y planificar el futuro sin angustiarse. (8) Exagerada creencia –rayando en un sentimiento de omnipotencia- en lo que pueden conseguir personalmente;

Poseedor de fuerte entusiasmo, vitalidad y energía volitiva, para vivir.

Ninguna realidad la considera excesivamente grave.

 

SÍNDROME HYBRIS

Desde la antigua Grecia el término “hybris” se le usaba para describir a los personajes poderosos poseídos de un desmedido orgullo y confianza en sí mismos, tratando a los demás con insolencia y subestimándolos, sin embargo esta actitud era fuertemente censurada en la misma Grecia.

David Owen en su libro “En el poder y la enfermedad”  lo define como “síndrome de hybris”  o embriaguez del poder: persistencia en el error e incapacidad para cambiar o corregir el rumbo.

Al contrastar el Psicoperfil de Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco podemos ver que presenta menos de cuatro síntomas conductuales de la lista de 14 que propone Owen en su libro.

Se puede desprender que Jorge Mario Bergoglio a dos años de ser designado Pontífice no se encuentra evidencias suficientemente claras para decir que, pudiera haber sucumbido al síndrome de hybris.

Los síntomas conductuales que podrían dar lugar a un diagnóstico de síndrome de hybris aumentan en intensidad, de manera típica, conforme aumenta en duración la permanencia de un jefe Estado o de Gobierno en el poder. En mi opinión, es necesario que presente más de tres o cuatro síntomas de la siguiente lista provisional para que se pueda considerar este diagnóstico:

  • Una inclinación narcisista a ver el mundo, primordialmente, como un escenario en el que puede ejercer su poder y buscar la gloria, en vez de cómo un lugar con problemas que requieren un planteamiento pragmático y no autorreferencial;
  • Una predisposición a realizar acciones que tengan probabilidades de situarnos a una luz favorable, es decir de dar una buena imagen de ellos;
  • Una preocupación desproporcionada por la imagen y la presentación;
  • Una forma mesiánica de hablar de lo que están haciendo y una tendencia a la exaltación;
  • Una identificación de sí mismos con el estado hasta el punto de considerar idénticos los intereses y perspectivas de ambos;
  • Una tendencia a hablar de sí mismos en tercera persona o utilizando el mayestático “nosotros”;
  • Excesiva confianza en su propio juicio y desprecio del consejo y la crítica ajenos;
  • Exagerada creencia –rayando en un sentimiento de omnipotencia- en lo que pueden conseguir personalmente;
  • La creencia de ser responsables no ante el tribunal terrenal de sus colegas o de la opinión pública, sino ante un tribunal mucho más alto: la Historia o Dios;
  • La creencia inamovible de que en ese tribunal serán justificados;
  • Inquietud, irreflexión e impulsividad;
  • Pérdida de contacto con la realidad, a menudo unida a un progresivo aislamiento;
  • Tendencia a permitir que su “visión amplia”, en especial su convicción de la rectitud moral de una línea de actuación, haga innecesario considerar otros aspectos de ésta, tales como su viabilidad, su coste y la posibilidad de obtener resultados no deseados: una obstinada negativa a cambiar de rumbo;
  • Un consiguiente tipo de incompetencia para ejecutar una política que podría denominarse incompetencia propia de la hybris. Es aquí donde se tuercen las cosas, precisamente porque el exceso de confianza ha llevado al líder a no tomarse la molestia de preocuparse por los aspectos de una directriz política. Puede haber una falta de atención al detalle, aliada quizá a una naturaleza negligente. Hay que distinguirla de la incompetencia corriente, que se da cuando se aborda el trabajo, necesariamente detallado, que implican las cuestiones complejas, pero a pesar de ello se cometen errores en la toma de decisiones.   

 

Manuel Mancera Angulo. Estudió ciencias de la comunicación en el ITESO Guadalajara.

Se desempeñó como investigador y analista de la Secretaría de Gobernación.

Actualmente es asesor externo de varias empresas en Guadalajara y en otros estados.

Manuel Mancera es especialista en una rama de la psicología denominada psicomorfología facial, método de evaluación a través de la rigurosa y sistemática observación y análisis del rostro humano y sus rasgos faciales de forma integral que sin adjudicar valores absolutos a rasgos aislados del rostro y sus componentes, llega a un conocimiento científico de la personalidad de los individuos sin ser determinista ni adivinatorio.

 

psicoperfilmancera@gmail.com

@psicoperfilmancera

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