Desatención en conflictos sociales

 

POLÍTICAMENTE INCORRECTO/Carlos Maguey

 

En Jalisco los conflictos sociales son difícilmente atendidos a profundidad, pues con frecuencia se trata de temas en los que participan dos sectores: uno poderoso económicamente hablando y otro numeroso, pero generalmente desprotegido.

Y es por estas características que no es difícil ver a los grupos políticos intentar proteger a los poderosos, aunque siempre mostrándose en los medios empáticos con los desprotegidos, es decir, generalmente se muestran en una doble faceta, pues no es raro que aquellos a los que se critica, en realidad sean mecenas de los mismos candidatos y éstos generalmente no ayudan sólo a los de un partido, sino que son generosos y plurales para asegurar que todos los que tengan posibilidad de llegar a un cargo, les deban algún favor.

Así, durante años hemos visto los conflictos en Temacapulín y en Tenacatita, donde grupos sociales han sido vulnerados y están en conflicto con particulares y con el mismo gobierno, pero por su magnitud y notoriedad, son altamente atendidos en los medios de comunicación y muy vistos por las autoridades locales, estatales y federales.

Y precisamente por ser tan visibles, vemos que durante algunos días se aparecieron ahí, sólo para la foto, algunos diputados como el priiísta Salvador Caro o David Hernández, quienes aprovechando que gozaban de fuero, provocaban a las autoridades que cuidaban la playa de Tenacatita, sabiendo que a ellos no les podían hacer nada, pero al mismo tiempo exponían al resto de los agente que los acompañaba y que no tenía la misma protección constitucional. Así es fácil ser valiente.

Sin embargo, hay dos variables que han ocasionado que los políticos ya no se estén dejando ver en esos sitios con conflictos: primero ya no es periodo electoral, y segundo, ya no hay tanta atención de los medios en esos lugares, por lo que ya no son rentables en términos políticos.

Y así como hoy parecen perder atención los casos de Tenacatita y Temacapulín, hace años había una atención especial sobre los conflictos en la Sierra de Manantlán y también dejaron de ser importantes en términos mediáticos y los políticos los abandonaron.

El problema en esta zona que está compartida por Jalisco y Colima, es que ha sido durante años la sede de taladores clandestinos, gente que se roba nuestros bosques.

Y si nosotros sentimos que son nuestros, los habitantes de la zona lo sienten aún más. La diferencia entre nosotros y los pobladores de la Sierra de Manantlán, es que ellos se convierten también víctima cuando quieren impedir que sigan estos robos de madera, estas talas clandestinas.

Hace un mes, el 23 de octubre el líder indígena Celedonio Monroy Prudencio, fue secuestrado, sacado de su propia casa, en el municipio de Cuautitlán, por un grupo de hombres armados.

En la Sierra de Manantlán se asientan las principales comunidades nahuas de Jalisco, quienes constantemente son amenazados por los taladores clandestinos, esto mientras se vuelven testigos de la explotación ilegal y la devastación de sus tierras.

En esta zona Celedonio Monroy ha destacado como activista por enfrentarse a la depredación y destrucción de la reserva de la biósfera la Sierra de Manantlán.

La desaparición de Celedonio Monroy es tan trascendente que no sólo las Comisiones de Derechos Humanos de Jalisco y Colima abrieron investigaciones, sino que la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que envió una brigada del Programa de Atención a Víctimas del Delito para apoyar a la familia de Celedonio Monroy.

Tanto en el caso de Jalisco como de Colima, sus respectivos Congresos han puesto la mira en la desaparición de este activista Nahua, y este martes un grupo plural de diputados viajó a la Sierra de Manantlán por iniciativa de Clemente Castañeda, coordinador de los legisladores de Movimiento Ciudadano.

Lo importante no es su presencia, pues por sí solos, los diputados son realmente inútiles, porque no está en sus facultades resolver este tipo de conflictos, pero sí puede servir para que se ponga atención en el problema de la tala ilegal, en la explotación de la Sierra, pero sobre todo, en la violación de los derechos de quienes ahí viven y que se ven en la necesidad de convivir con los delincuentes que devastan el territorio.

La importancia de esta visita radica en que se haga visible este problema, que los medios, la sociedad, pero sobre todo las autoridades que sí tienen competencia en este tema, estén atentos a este conflicto y lo atiendan.

Es altamente probable que, a un mes de sucedida, la desaparición de Celedonio Monroy ya no tenga el final deseable para el activista, pero ahora lo menos que le deben las autoridades es protección a su familia.

Lo importante es que la presión social, el hacer visible el conflicto, consigan que se atienda este conflicto que tiene décadas devastando la Sierra de Manantlán y que no se ha detenido a pesar de las constantes denuncias en la zona.

Lo deseable es que los medios no retiren su atención del conflicto, que las autoridades atiendan, que los organismos de derechos humanos sigan presionando para la atención y que estos legisladores no abandonen la causa como ya lo han hecho otros en el pasado.

@carlosmaguey

1 comentario

    • fernando el 12/17/2012 a las 10:55 AM
    • Responder

    buenas tardes estoy siguiendo un fraude de cuentas,que yo e podido comprobar el fraude de cuentas publicas,le solicito a mi ayuntamiento que me facilite las cuentas para denunciar el delitop este me hace desatención ciudadana reconocido este delito por el defensor del pueblo,no se que tramitestes judiciales seguir,y que indeninzacion tendriamos los ciudadnos por esta falta de atención.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.