Privatizaciones en auge

ESCAMOCHA

Pepe Díaz Betancourt

Pues bien, en algunos casos cínicos y descarados se ha llegado al extremo de privatizar camellones y plazoletas meramente de paso y descanso, no se diga jardines en medio de colonias de clase alta o unidades deportivas completas, esa es la tendencia y el «modelito» está bien aceitado.

Primero, el municipio abandona inexplicablemente el paraje, en el lugar no recogen ni la basura, el jardinero se reasigna a otro lado, en el transcurrir de la falta de atención, el solicitante realiza negociaciones en la oscuridad con el ayuntamiento respectivo, todo transcurre con aparente normalidad mientras los vecinos reportan inocentes quejas al municipio, a la patrulla, a los regidores, políticos de tercera y a las estaciones de radio, pero nada sucede.

En uno de esos fines de semana largos o un día en que nadie se lo espera se lleva a cabo una presunta junta entre «vecinos» y se aprueba una concesión a favor del flamante inversionista.

Lo demás es pan comido, no hay socialización, el golpe es seco y en lo que sigue solo hay sorpresas, se remodela el espacio según toque como escuelas de futbol, natación o tenis y solo se puede ingresar bajo inscripción y cuota. Las concesiones son criminales pues depende el peso político del concesionario o su grado de amistad pueden ser de un buen número de años que, obvio, rebasan hasta varias administraciones municipales hasta que aparezca un nuevo amigo del alcalde en turno. Son cientos de hectáreas y el modelo sigue bien aceitado.

PILON

El caso de Luz Raquel podría formar parte de los enigmas más interesantes de la investigación policiaca y seguir su curso hasta llegar a la verdad, de no ser porque todos sabemos que a la Fiscalía del Estado no le interesan ese tipo de retos.

Periodista, docente y coordinador de diplomados en periodismo en la Universidad de Guadalajara y el ITESO
@pepediazjose

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