ESCAMOCHA Pepe Díaz Betancourt
Habrá que reconocer la iniciativa del Gobierno del Estado que regresa a la vida el tema del Río Santiago, donde paradójicamente no hay vida, pero el discurso de alivio no se puede apreciar del todo congruente, porque sin ser especialistas la tarea de limpiar el Río es faraónica.
El Río lidera el top de los afluentes más contaminados de México y tiene un lugar preponderante en el ranking mundial procedente de lo que algunos investigadores llaman «la contaminación institucionalizada», según los datos, el cauce está muerto desde hace años y recuperarlo representa esfuerzos constantes y costosos de algunas décadas de estabilidad gubernamental, lo que se antoja prácticamente inalcanzable.
Decenas de investigadores e investigaciones han arrojado que son poco más de 300 las fuentes contaminantes que depositan sus desechos al Río y no todas encajan en la descripción de alcantarilla industrial como se le ha nombrado, si no también son culpables, ayuntamientos que no tratan el agua, los lixiviados de los basureros aledaños y la contaminación agrícola, entre muchas otras modalidades contaminantes.
En conclusión el modelo de gestión entre empresas, gobierno y sociedad es obsoleto y quizás inexistente por eso no creemos en este nuevo desenlace.
PILÓN
Solo la SEMADET para más señas la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, parece no ver o hace como que no ve las demostraciones científicas de que el Programa de Verificación Responsable poco contribuirá a la calidad del aire de la Zona Metropolitana en contraste con lo que engordará, eso si, las arcas gubernamentales.
