CAMBIO Y ACCIÓN
Claudia Murguía
Un reportaje que derrumba el discurso de austeridad y de anticorrupción de un presidente.
El presidente ofuscado, busca defenderse atacando al periodista que mediante su trabajo ha exhibido de manera contundente la dualidad hipócrita que ha caracterizado su mandato.
Al verse descubierto, ataca desde su posición privilegiada y de poder que le otorga ser un Jefe de Estado, busca defender un evidente acto de corrupción de su su gobierno y que involucra a su hijo. Viola la ley al utilizar información privada del reportero y con ella intenta desacreditarlo.
Vuelve a llevar una contundente acusación contra su gestión, a un lugar peligroso, donde asume que atacarlo a él, es atacar a México; es decir, justifica que la violación de las leyes son válidas para defenderlo solo a él y por ende a México.
El simple gobernante, el simple presidente, el simple humano, se asume como la representación en vida de un país, de una nación. Él es México y eso, es realmente peligroso.
Y es más peligroso que ese discurso lo avalen los personajes que conforman su partido, tal como lo hicieron los senadores de Morena, que ante la severa crisis del presidente, salieron a respaldarlo con un comunicado lamentable, donde ciegamente señalan y confirman que: El presidente López Obrador encarna a la nación, a la patria y al pueblo, y sus “opositores” buscan detener los avances para darle al pueblo de México un futuro más digno.
En estos últimos días, el presidente, su séquito y su partido por querer contener un acto de corrupción han puesto en grave riesgo la democracia de México, impulsando la figura del caudillo, del déspota, del tirano.
Sí, López Obrador sí era y es un peligro para México.
