ESCAMOCHA
Pepe Díaz Betancourt
Era posible prever que el Arroyo Seco dejaría de serlo por el azolve que presentaba? ¿Se sabía que los vertederos metropolitanos caducaban en septiembre del 2021?
¿Se conocía que la presa Calderón ya no tendría reservas al final del estiaje? ¿Se calculó que la deforestación criminal de los bosques iba a ocasionar crecidas peligrosas y destructivas para los pueblos aledaños? ¿Se percataron que las construcciones en ciertos parajes de Puerto Vallarta colapsarían?
Creo que sí.
La ausencia de planeación integral puede causar grandes desastres a las ciudades y a los pueblos, tragedias ecológicas y pérdida de vidas.
A la mala planeación se le pueden atribuir cualquier número de muertes directas e indirectas; incalculables recursos materiales perdidos, el jefe de la Unidad de Protección Civil de la Universidad de Guadalajara, Diego Ernesto Ruiz Navarro, asegura que «la gente cree que el tema de los desastres es algo lejano, algo exclusivo de las películas, las series de televisión o de los países extranjeros. Pero tenemos que ser sensibles de que las emergencias están latentes y son parte de la vida cotidiana».
Podríamos agregar que en ese supuesto se encuentran autoridades municipales y estatales pues creen que «no les toca» actuar y mantienen un grave pasivo en materia de planeación y prevención y al final le dejan todo el paquete a Protección Civil. «Con hacer que hacemos, todo el tiempo perdemos».
PILÓN
Casi puedo asegurarle que el exhorto que algunos diputados le proponen al ejecutivo en torno a la disminución del pago de cambio de propietario, terminará en un cajón de su escritorio, no obstante que dicho impuesto es el causante principal de que muchos automotores en circulación porten placas de otras entidades.
