Migración africana: los migrantes como moneda de cambio

DIVISADERO

Eduardo González

Un desencuentro diplomático entre España y Marruecos le pasó la factura a miles de personas migrantes que buscaban un lugar dónde vivir. Nuevamente los exiliados económicos fueron usados como moneda de cambio para dirimir problemas entre las dos naciones.

El origen del altercado parece estar en la ayuda médica que brindó el gobierno español del presidente Pedro Sánchez Pérez-Castejón a Brahim Gali, líder histórico del Frente Polisario, quien luego de enfermar de Covid-19 en Argelia fue trasladado a un hospital de Logroño para ser atendido, en un acto diplomático conjunto entre el país africano y el europeo del que no fue informado el régimen del rey Mohamed VI de Marruecos. La recepción en España del líder polisario, bajo una identidad falsa, fue un acto “irresponsable y totalmente inaceptable”, acusó Rabat.

El Frente Polisario lucha desde hace casi medio siglo por el reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática y el fin de la ocupación colonial marroquí sobre lo que hasta 1975 fue el Sahara español.
Como respuesta a las acciones del gobierno español, Marruecos relajó la vigilancia de su policía fronteriza en la línea con la ciudad española de Ceuta, que junto con Melilla son las únicas dos fronteras terrestres entre Europa y África.

Esa situación permitió que al menos 8 mil migrantes procedentes de Marruecos ingresaran a territorio español, generando una crisis humanitaria en Ceuta, que tuvo que decretar un estado de sitio ante la ola de arribos. Inmediatamente, el gobierno español comenzó a regresar a los llegados, hombres, mujeres y menores de edad solos o acompañados.

Evidentemente la pobreza y la desigualdad sociales de Marruecos constantemente juegan el papel de una catapulta que lanza a sus ciudadanos fuera de sus hogares en busca de un lugar dónde vivir.

En el último año y medio de la pandemia de covid19 la población en condiciones de pobreza se multiplicó por siete. Eso es una cosa, y muy otra, que las autoridades marroquíes permitan como medida de presión hacia España el paso de miles de migrantes quienes inmediatamente se vieron en medio de una violenta situación de cara a las fuerzas del orden españolas que los detuvieron y regresaron a su país.

De los 8 mil que ingresaron a Ceuta al menos 5 mil 600 personas ya fueron devueltas a Marruecos, de ellos al menos mil 500 niñas y niños.

De cara a lo sucedido esta semana en Ceuta debemos reconocer con claridad al menos dos cuestiones: Europa en su conjunto no debe desentenderse del origen de la migración africana causado por la profunda pobreza del continente a consecuencia de las históricas políticas europeas de saqueo; y Marruecos, por su parte, no debe utilizar a su población empobrecida como medida de presión hacia España para concretar los personalismos proyectos políticos de su clase gobernante.

Profesor-investigador del Depto. de Relaciones Internacionales, región occidente. Tec de Monterrey.
@contodoytriques

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