CAVILANDO ANDO/Alfonso García Sevilla
Tres noticias aparecidas hoy en diferentes medios de comunicación me hacen reflexionar acerca del proceso electoral, la problemática social que vivimos y la ausencia de propuestas de los candidatos, de cualquier ámbito de elección, para atacarla. Las tres situaciones nos tienen estancados como sociedad, atentando ferozmente contra nuestra institución más grande que es la familia.
Según el diario “Milenio”, apoyado con datos de la Fiscalía del Estado, a la fecha se ha incrementado dramáticamente el número de feminicidios en el estado de Jalisco, pasando al doble de los registrados durante enero a mayo de 2018 en relación con 2017, al igual que los casos de violencia intrafamiliar y homicidios dolosos. Y a nivel nacional estamos por las mismas ya que la violencia no es privativa del estado de los machos y el tequila.
El mismo matutino refiere que durante el presente año no se ha podido erradicar el trabajo infantil ilegal, que en el 2017 registró a 156 mil niños menores de 17 años, que laboraban sin asistir a la escuela en condiciones ocultas y adversas, sin un salario digno y prestaciones de ley, en el estado de Jalisco.
Por último, también la tierra de los mariachis, refiere el diario “La Crónica” que ningún candidato se ha comprometido a signar y refiere la nota que la cobertura para primer año de preescolar es de tan solo 16.9 por ciento, algo que preocupa a 300 organismos de la sociedad civil, empresas y fundacionesPor lo que, Mexicanos Primero Jalisco envió una invitación por correo electrónico a más de 20 aspirantes a gobernador, a diputados y a senadores. Sin embargo, hasta este fin de semana, ningún candidato o candidata en Jalisco aparece registrado en el portal como firmante.
Definitivamente después de ver los debates presidenciales y estatales me queda claro que no hay visión de una problemática que está carcomiendo a la sociedad a pasos agigantados, la violencia crece cada vez más y nadie voltea a ver ya actuar para contenerla, atacarla y erradicarla.
La sociedad es un reflejo de los hogares y creo que no hace falta decir más para saber dónde está el origen de la violencia que padecemos, cada día más sanguinaria, mientras nuestros políticos siguen demostrando en las campañas que lo que más les mueve es el poder por el poder mismo. La ausencia de claridad en las propuestas a quienes deben ser el centro de sus esfuerzos así lo deja en claro. ¿Y nosotros como sociedad hasta cuándo reaccionaremos?
